Opinión

Y si Vox...

Y si Vox fuera un bluf? Desde mi ventana de pensar contemplo cómo pasa el viento llevando miedos y reflexiones sobre el doce por ciento de personas andaluzas que han votado a la extrema derecha, hasta ese domingo aciago, dormida en el baúl de los recuerdos. Y me asalta aquel eslogan del primer franquismo: “los comunistas no usaban sombrero”. Los prohombres del régimen se apresuraron a comprar sombreros. Ahora busco y no veo a los nuevos filototalitarios con el ala ancha de fieltro sobre sus cabezas. ¿Y las gafas oscuras? Están, pero parecen simples manías de nostálgicos del fascismo. Uno de cada diez, me dijo mi vecina en el bus, son quienes esconden así la mirada, ya se barajan porcentajes. Y, enseguida, me apuntó también a la desaparición del bigotillo de tiralíneas. Están bien adaptados, afirmó, a la estética general. Era perspicaz la moza y fue quien me formuló la pregunta: ¿Y si Vox fuera un bluf?
No le contesté porque su parada apareció antes que mi respuesta. En realidad toda la nueva escena política se asemeja a una parodia de episodios del pasado. Primero a la irrupción de la Falange Española de las JONS, fundada por José Antonio Primo de Rivera en 1934. Segundo a que se les suponía un simple grano, sin embargo la explosión de pus lo convirtió en una pesadilla. Las derechas de entonces utilizaron la nueva formación como fuerza de choque para frenar a las izquierdas y, sin mucha militancia conocida ni gran cosecha de votos, sirvió de ariete contra la II República en las calles.
En la parodia presente, la filosofía de las FAES aznaristas, los arrebatos extremos de Pablo Casado al frente del PP y los desequilibrios de Albert Rivera sobre la barca de Ciudadanos, nadan hacia el aparente flotador joseantoniano de Vox, resucitando los fantasmas de Onésimo Redondo, Ledesma Ramos, Ruiz de Alda, Calvo Sotelo, Gil Robles, la CEDA… Sí, los votos de la CEDA se fugaron a la FE de las JONS generando la explosión, como los del PP se han descolgado hacia Vox y C’s llamando a Vox. ¿Están repitiendo la historia o se trata de un simple bluf transitorio?
Huele a repetición. Ese movimiento, democráticamente lícito, de impedir gobernar a la lista más votada en Andalucía –resolución tan exigida por el PP en el pasado-, sumando extremismos, no es inédito. Aznar, como Gil Robles en su tiempo, no se ha cortado a la hora de proponer una nueva coalición de derechas en la que lo extremo ya no sea un sector vergonzante. Aquella cantinela de la CEDA de “dar a España una verdadera unidad, un nuevo espíritu, una política totalitaria” planea sobre las líneas maestras del nuevo ensayo andaluz de coalición. Y los deseos reformistas de Vox se parecen al pronunciamiento de Gil Robles cuando predicaba que “la democracia no es un fin sino un medio para la conquista del nuevo Estado, cuando llegue el momento, a través del parlamento, la eliminaremos”. De la reconquista ya ha hablado Santiago Abascal, el resto del programa está por llegar.

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