Opinión

Votad, votad: ¿Queréis que vivamos juntos?

No voy a abordar las elecciones autonómicas del próximo domingo, que cada cual hará lo que quiera con su papeleta. Lástima que haya solo un día para reflexionar y una eternidad para que los partidos busquen nuestra adhesión en la campaña, la precampaña…
La gente avezada, o sea la acostumbrada a hacer una cosa y bien, cuando anda en esta profesión u oficio, que todavía no nos hemos puesto de acuerdo en qué es el Periodismo… Saberlo exige humildad en el juicio: Se pone uno muy solemne en la página de Opinión, esta, o es meticuloso con la Crónica Municipal, con  opiniones variadas. O conocedor de mil recovecos de la Historia Universal, si le han encargado Internacional. 
Lo que parece indudable es que hay secciones de los periódicos que escapan a la ideología no confesa y en los que el aprecio o el desprecio abarcan a segmentos diferentes de las clases; sociales, se entiende.  Le concierne al caso aquello de “Tres eran tres las hijas de Elena, tres eran tres y ninguna…” y olvidamos lo de ninguna era buena, porque no es cierto en este caso.
Primera sección El Tiempo. Las previsiones tienen diversas lecturas, me apasiona la del señor maduro que usó la prenda hasta que llegó el “600” y ya se veían poquísimas. Luego, los usuarios de la gabardina han decrecido año tras año, por aquello de que con el utilitario por excelencia, no hace falta prenda impermeable. En un saltito pasas del coche al cine. Y no consigues aparcar a menos de 250 metros. “La gabardina ha muerto, que le pregunten por qué al `600”, decía un filósofo de callejón y se le sumaron millones de adultos en estos casi 60 años transcurridos del hallazgo del hijo de la “Fiat”. Aun hay “600” como coches antiguos, muy pocos años después de su fabricación.
El anuncio de las ofertas de cada Canal. Podría ser televisión en canal, como si fuera un porco, gorrino…¿Han reparado en cuantos nombres se le dan al cocho nuestro? Escribo de memoria y a lo mejor me equivoco, hablo de cuando nació La Primera, que era única y franquista en su justa medida, y lo era desde el Paseo de La Habana, que los barbudos de Sierra Maestra acusarían al inolvidable Jesús Álvarez 1º -está su hijo- de trabajar en una sede que era un plagio. Por aquellos tiempos de que hablamos, fue El Perich o Forges quien firmó un chiste de un pueblo en el que docenas de viviendas miserables tenían como una joya la antena de la tele en todos los tejados. Era mas que un chiste, era una broma, porque provincias enteras tardaron años en recibir la señal de la TVE1 que Madrid tuvo desde 1956. Entonces era “una familia, un televisor”, un eslogan falso de toda falsedad. En realidad menos porción de electrodoméstico.  Aquí y ahora es una familia con tres o cuatro receptores de las 625 líneas. Lo que interesa hoy no es conocer la programación sino contar con todos los mandos que te hacen dueño absoluto de la situación.
Finalmente, la 3ª hija de Elena es la Muerte, que en los periódicos recibe el nombre de esquela. Todos o una mayoría –según renta- acabaremos de ocupantes  de un rectángulo entre barrotes donde aparecerá nuestro nombre, cada vez mas acompañado de  originalidad. Leo con atención al Dr. Bernardino M. Hernando, que empezó de cura y ya hace que su sacerdocio es el ordenador. El colega ha escrito de todo, que figura con muchos registros en Dialnet, hermoso invento que empezó por la Universidad de La Rioja y a través de Internet  da a conocer al mundo la producción escrita sobre mil asuntos y siempre con nivel.
A través de Internet me entero de que Martínez Hernando, que figura en unos sitios como  Bernardino M. Hernando y en otros con los dos apellidos, ha escrito “La Muerte mensajera. Las esquelas de defunción como elemento informativo”. En el hace décadas desaparecido diario Ya, de La Editorial Católica, se publicó esta esquela; “Don Alejandro Martínez Gil, Sacedote de Jesucristo, falleció en Madrid el 11 de mayo de 1984. D.E.P. // Con esta esquela, redactada por el mismo para ser publicada después de su entierro, suplica con cariñoso ahínco a cuantos de veras le quisieron que rueguen a Dios por el eterno descanso de su alma; y les promete que ha tenido la dicha de ser acogido en el seno del Padre y pedirá para ellos copiosas bendiciones…(Ya, 13-V-1984)”.
La Vida y la Muerte, unidas inseparablemente, dan paso al amor. Hace entre dos y tres años, apareció en la calle en que resido, en Teis-Vigo, una pancarta de grandes dimensiones, a una altura de unos cuatro metros. En un aviso hecho como a brochazos, se invitaba a la boda de los autores del mensaje. La historia se repite, y a menos de 50 metros, en mi misma calle, aun vi ayer otro anuncio de boda. En este caso la diferencia es el soporte: papel, que permite colocar docenas de avisos del mismo acontecimiento; mi esposa y servidor hemos visto cuatro o cinco. El papel al que dan tan poca vida frente a las redes. Los que van a convivir, que así llama ahora a muchos matrimonios, usan twiter o el guasap a todas horas, pero ante el acontecimiento social que van a vivir, se inclinan por el papel como aliado. 
 

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