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Vigo recibió a los héroes de Río

Chano Rodríguez, el medallista Agustín Alejos y Martín de la Puente, ayer, a su llegada al aeropuerto de Peinador.
photo_camera Chano Rodríguez, el medallista Agustín Alejos y Martín de la Puente, ayer, a su llegada al aeropuerto de Peinador.

Chano Rodríguez confirmó que tratará de llegar a Tokio 2020 con 63 años y De la Puente destacó su diploma

Decenas de personas recibieron ayer en el aeropuerto de Peinador a varios de los deportistas vigueses que participaron en los Juegos Paralímpicos de Río, entre ellos el atleta Gustavo Nieves, el jugador de baloncesto en silla Agustín Alejos –único medallista de la ciudad al conquistar la plata en el torneo de básket–, el nadador Chano Rodríguez o el jugador de tenis Martín de la Puente. Entre los asistentes no se encontraba ningún representante del gobierno municipal, algo que Chano Rodríguez lamentó. "Es la primera vez que pasa a la vuelta de unos Juegos", dijo el nadador sobre la ausencia de representantes políticos. 
A sus 59 años, Chano disputó sus quintos Juegos consecutivos y, por primera vez, no logró llevarse ninguna medalla en las tres pruebas que nadó: 50, 100 y 200 metros libre. "El balance no es el que yo esperaba, evidentemente, pero es positivo. Me han separado de esa medalla 25 centésimas, pero a pesar de eso estamos animados. Creo que el trabajo que hemos hecho ha dado sus frutos y nos ha mantenido en un quinto y dos cuartos puestos, que no es poco, lo que pasa es que estábamos acostumbrados a más", explicó el nadador vigués, que agregó que "me deja tranquilo que no es que yo haya bajado el listón, sino que la gente joven viene pegando fuerte, está muy bien preparada y lo ha subido".
Por todo ello, Chano se mostró dispuesto a continuar hasta los Juegos de Tokio 2020, cuando habrá cumplido 63 años: "Estos días he reflexionado y he decidido seguir al pie del cañón. Ahora tengo el Mundial de México 2017 y voy a intentar hacer la marca que yo creo que puedo hacer para volver a entrar en el Plan ADO. En esta nueva etapa espero contar con el apoyo tanto de empresas privadas como de las administraciones porque no es sólo mi beca, sino que detrás tengo un equipo con un entrenador, un nutricionista, médicos o fisioterapeutas".
Si Chano Rodríguez regresó satisfecho por su trabajo, el tenista Martín de la Puente, de sólo 17 años, volvió feliz de su primera experiencia paralímpica. "La verdad es que en el torneo individual no esperaba llegar a la segunda ronda. Era un cuadro muy duro y además el primer partido me tocó con un jugador brasileño (Carlos Santos) en la pista central, con cinco mil personas animándolo a él y gritando mis errores. Nunca había vivido un partido con tanta presión y lo saqué adelante", explicó el tenista vigués, que en la segunda ronda "me tocó con el campeón de Rolland Garros, el argentino Gustavo Fernández, y esta vez el público me apoyaba a mí. Le di guerra al número cinco del mundo en mis primeros Juegos y en una pista central. Creo que es más que suficiente para estar satisfecho, pero además me llevé un diploma olímpico en dobles".
En Peinador aterrizó también ayer el atleta Gustavo Nieves, que sufrió un desvanecimiento en la prueba de maratón cuando iba en primera posición: "Mi valoración de los Juegos es positiva. Después del ciclo olímpico que tuve, con multitud de lesiones, si me dicen hace un año que iba a estar en los Juegos y que iba a estar luchando por las medallas e incluso por la de oro, no me lo creería".
Sobre la carrera, Nieves reconoció que "cometí algún error que me costó el desfallecimiento en el kilómetro 34.  Era la primera maratón que corría habiéndola preparado bien y quizás en un momento de la carrera me lancé más de la cuenta. No fui consciente del calor que hacía y no tuve en cuenta el factor del desgaste que te viene a partir del kilómetro 30, a lo que había que añadir el calor y la humedad. Quizás tendría que haber guardado un poco más al principio, pero son lecturas que hago después de la carrera".
El atleta vigués comparó su desmayo con el de Jonathan Brownlee en el Mundial de triatlón: "Es la misma sensación, sólo que a mí me quedaban siete kilómetros para la meta y no tenía a mi hermano. Lo que tuve fueron dos voluntarios que me salvaron la vida". n

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