Opinión

De Vigo a Portugal, si no hay más remedio

Medio millar de empresas gallegas, muchas de ellas del entorno de Vigo y en concreto del sector del congelado y la pesca, han decidido ampliar sus instalaciones en terrenos al otro lado del Miño. La principal razón sería la combinación de la facilidad para conseguir parcelas a buenos precios y la rapidez de los trámites administrativos, con el añadido de la mano de obra barata. Justo lo contrario de lo que ocurre en Galicia y más aún en el área metropolitana de Vigo. Zona Franca lleva diez años tratando de ampliar su Parque Logístico y finalmente, tras dar muchas vueltas con el Plan General vigués, lo hará a través de una vía supramunicipal de la Xunta para disponer de un parque comercial para firmas tipo Ikea. 
También lleva años tratando de extender los límites del polígono de Balaídos,pero parece una pelea imposible hasta el punto de que finalmente la factoría de PSA acepto modificar las naves existentes para adecuarlas a sus necesidades de producción. Una tercera opción, el parque empresarial proyectado para Matamá con un millón de metros cuadrados, ha quedado en la práctica descartada después de otros diez años de papeleo y la compra por Zona Franca de algunas propiedades a la espera de tiempos mejores. 
El parque de Matamá era clave por cuanto estaba pensado como suelo para la  expansión de la automoción y firmas de automoción y la pesca, precisamente las dos mercancías que acumularon en 2017 casi el 50 por ciento de todo el tráfico portuario vigués. Si no hay suelo, la solución es fácil: emigrar a otros ayuntamientos del área, como Mos o Salvaterra, como han hecho o marcharse todavía más lejos, cruzar la frontera y crecer en Portugal, que es los que está pasando. De momento, sólo como ampliaciones, ya veremos en el futuro. Continuará...

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