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Valença recibirá un 35% más de peregrinos durante este año

El Camino Portugués se ha convertido en otro de los reclamos turísticos de la ciudad.
photo_camera El Camino Portugués se ha convertido en otro de los reclamos turísticos de la ciudad.

La ciudad lusa cuente con 4 albergues y es la puerta de entrada del Camino Portugués

 Valença espera alcanzar los 60.000 peregrinos hasta el final del año, marcando un aumento del 35% con respecto al 2017. El creciente número de peregrinos se observa todos los días en el Camino Portugués a Santiago, el centro y la costa. 
El  primer albergue oficial que se creó en Portugal fue el Sao Teotónio, en la zona amurallada de la ciudad. En la actualidad, esta estructura, gestionada por el Ayuntamiento, se complementa con la oferta de tres albergues privados en Cerdal y Fontoura y por las demás 40 unidades hoteleras del municipio. 
El aumento de peregrinos camino a Santiago ha llevado también a la restauración a reinventarse y adaptarse a las nuevas necesidades de este colectivo. El menú del Peregrino conquista a los caminantes con platos especiales a precios más económicos. De las 84 unidades de restauración del municipio son cada vez más las adherentes a este menú, sobre todo las que quedan en las inmediaciones de estos recorridos. 

Visitas en cifras
Los datos, dados por la Oficina del Peregrino  apuntan a que hasta el final del presente año la ciudad fronteriza de Valença supere los 60 mil peregrinos en Valença, entre los que pasan y comienzan aquí. En 2016 fueron 33.380 y en 2017 42.000 a recorrer los tramos de este camino.  
En julio salieron  o pasaron por la ciudad fronteriza portuguesa 5.436, de estos 4.394 hicieron el Camino Portugués y .1042 el Camino de la Costa, que ha comenzado a atraer a más peregrinos.
Valença es uno de los puntos por donde pasan y comienzan los peregrinos que se dirigen desde Portugal a Santiago de Compostela. Desde aquí se puede disfrutar de un patrimonio arquitectónico único, como es la fortaleza, que está candidatada a Patrimonio de la Humanidad, la posibilidad de cruzar a pie el viejo puente de hierro que une los dos lados de la frontera o de ver una de las mejores vistas de la ciudad de Tui con la catedral coronando el paisaje con el Miño a sus pies. Toda una experiencia. 

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