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Un ascenso en familia

Eva Costas, Sandra Costas, Begoña Fernández y Paula Fernández, tras conseguir el ascenso.
photo_camera Eva Costas, Sandra Costas, Begoña Fernández y Paula Fernández, tras conseguir el ascenso.

Las hermanas Costas Fontán y las Fernández Molinos coinciden en el Lavadores 

Parejas de hermanas, familia y amigas. El ascenso del Balonmano Lavadores el pasado domingo a División de Honor Plata conllevó emociones deportivas y sentimentales. El equipo vigués reunió esta campaña a muchas jugadoras que habían coincidido en su etapa de formación y también a deportistas de rendimiento contrastado en categorías superiores, que dieron un paso atrás para disfrutar del balonmano en un ambiente familiar. Este es el caso de las hermanas Begoña y Paula Fernández y Sandra y Eva Costas. Las dos últimas, con su padre de delegado. 


La medallista olímpica Begoña Fernández vivió su primera campaña en un banquillo como segunda entrenadora y con su hermana Paula en el equipo. Con el aliciente de que, además, defendió en el centro, una de las especialidades de la exprofesional. "En los entrenamientos le digo lo que hace falta. Probablemente, le riña más a ella que a cualquier otra, pero he sido buena esta temporada. No me he soltado mucho. Paula también se portó bien y el resto de jugadoras igual. Estamos muy contentas con su comportamiento porque tienen un compromiso muy alto. Son todas amateur y no faltaban a entrenar salvo por una causa de fuerza mayor y eso me hace sentir mucho orgullo", admite Begoña. Además, también añade que "en mi casa no se habla de balonmano, aunque suene raro. Ni con la pareja ni con la familia. Están enseñados de cuando era profesional y venía a casa a pasar unos días, que quería desconectar. Se sigue llevando a cabo. Además, tengo el rol de segunda entrenadora y no es conveniente hablar en casa porque ella es jugadora y yo entrenadora. Aunque le tenga mucho cariño, hay que respetar los rangos". 


Una situación diferente vive Sandra Costas. Tras seis años en el Balonmano Porriño en División de Honor, bajó dos categorías porque "mi idea no era seguir en activo. La intención era centrarme en las oposiciones y dejar de lado el deporte porque se me hacía complicado. Me lió un poco mi padre, que es el delegado, y seguí un año más y fue muy bueno. Jugar con Eva es especial. Siempre estuvimos en el mismo club, pero no jugamos juntas porque nos llevamos seis años y yo me fui con 20 a Porriño. Además, esta temporada estoy con mis amigas, con las que empecé a jugar hace unos 14 años". 


La extremo está encantada de jugar con su hermana menor, pero no se siente una referencia. "Creo que hay otras jugadoras que puede tomar más como ejemplo que yo. Estuve seis años en División de Honor, no estuvo mal, pero como guía creo que no soy. Durante la temporada, me preguntó mucho a mí y también a otras porque todas nos apoyamos. Si tenemos alguna duda o algún problema, lo intentamos resolver. Pero sí que nos preguntamos cosas porque tienes otra confianza al ser hermana. Además, yo la tengo un poco mimada". 


El caso de Begoña Fernández y Paula es diferente porque si una ya está en el banquillo, su hermana es una de las más expertas del equipo tras una larga trayectoria en División de Honor y, sobre todo, en Plata. En todo caso, la ahora entrenadora explica que "toda la temporada fue muy especial. Me he reencontrado con jugadoras que hacía años que no coincidía con ellas y que mi hermana estuviera en el equipo también era especial para mí. Es una forma de disfrutar del balonmano juntas por primera vez. A nivel del equipo, fue muy satisfactorio, por el hecho de los objetivos deportivos y también por lo que me aportó a nivel personal". 


Un año en familia y con éxito deportivo. Todo indica que las Costas y las Fernández seguirán un año mas en Lavadores.

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