Morante de la Puebla y Alejandro Talavante salieron ayer por la puerta grande en Pontevedra en una tarde en la que el diestro con más 'glamour' se llevó una sola oreja y también un susto con uno de sus toros
Tarde grande de toros en el coso de San Roque mientras en la ciudad aún resonaban los ecos de la manifestación antitaurina celebrada el día anterior. La Feria de la Peregrina se despedía de las corridas este domingo con un cartel de lujo, con mucho arte, según los entendidos, y con mucho glamour para el resto de los mortales, con los nombres de Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Cayetano, el más conocido para el gran público por ser hijo de Francisco Rivera “Paquirri” y de Carmen Ordóñez, nieto de una larga saga de toreros y actualmente casado con la televisiva modelo Eva González.
Con toros de Daniel Ruiz, Talavante cortó dos apéndices, que pudieron ser cuatro si el presidente hubiese atendido al tendido, y salió a hombros junto a Morante de la Puebla, que logró otra oreja de cada uno de su lote. Peor suerte tuvo Cayetano: silencio en el primero y oreja en su segundo astado, del que recibió una cogida en apariencia sin consecuencias.
Con este cartel, la expectación era máxima fuera de la plaza. Dentro, atrajo a público suficiente para llenar tres cuartos del aforo que, para los tiempos que corren, y teniendo en cuenta la falta de subvenciones, es todo un triunfo.
El de los toros es un espectáculo al que precisamente el tiempo deberá colocar en su sitio. Las caras famosas ya no acuden a la plaza —ayer no se vio a ninguna, ya no da prestigio— y algunos gestos tampoco ayudan para que se sacuda de clichés de una España en blanco y negro, de folclóricas y olor a tardofranquismo. Y uno de ellos se produjo cuando Morante, cual Trump de la tauromaquia, le dedicó su primer morlaco al presidente de la ultraderechista VOX al grito de “¡España, lo primero!”.
La salida a hombros de Morante de la Puebla y Alejandro Talavante.
