Opinión

Solicitar desde dentro

No es la primera vez que un político con  poder real y notable capacidad de decisión pide que se investiguen situaciones que paradójicamente se han producido en los dominios de su propio mandato. Me ha llamado la atención las reacciones del presidente de la república  de Portugal solicitando airado y con carácter público que se lleven a cabo investigaciones para depurar las responsabilidades que se deriven de la tragedia que el fuego ha sembrado en su país. Más de sesenta personas han fallecido en el infierno en el que se ha convertido el centro del territorio tras declararse un terrible incendio forestal. Las primeras informaciones, ahora que las llamas se han sofocado, parecen indicar faltas muy graves en el tratamiento del siniestro y una alarmante carebcia de medios adecuados para combatirlo en un país que los sufre con frecuencia y con carácter muy grave.
El sistema político portugués –una república encabezada por un presidente que es también jefe del Estado cuyo poder político es relativo en favor de un primer ministro que es quien en verdad lo posee- procura situaciones como la presente. Marcelo Rebelo, su presidente, pertenece a la fracción conservadora mientras que el primer ministro, Antonio Costa, es socialista. Por consiguiente, en Portugal se produce un escenario político que los franceses llaman “cohabitación” en el que las dos grandes magistraturas del país pertenecen a ideologías diferentes. No es el mejor ámbito posible pero se ha producido con alguna frecuencia también en Italia. La necesidad hace virtud y lo que toca en semejantes circunstancias es procurar un entendimiento especialmente cuando las cosas se ponen complicadas.
Rebelo está comprensiblemente destrozado por la tragedia y hay que suponer que también lo esté Antonio Costa quien por cierto accedió a su cargo  como candidato de todos los partidos de oposición cuando el premier anterior –Passos Coello, representante de la coalición conservadora- fue incapaz de obtener la mayoría absoluta.
Sin embargo, y a pesar de esta disparidad, me cuesta aceptar que un presidente de la República tenga que pedir que se investiguen comportamientos siendo él mismo parte trascendental de esa maquinaria administrativa que no ha funcionado. Sospecho que hubiera sido mejor ponerle remedio desde la presidencia de la nación con anterioridad  antes que solicitar ahora responsabilidades.

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