Opinión

¡Socorro!

El arte de la política debería de consistir en arreglar los problemas que en cada momento tienen que afrontar la sociedad. Esa es la teoría. Lo malo es que en la practica hay políticos que no es que no sean capaces de resolver problemas, de esos hay muchos, sino que en si mismos constituyen un verdadero problema.
Es el caso de Donald Trump. Desde que fue elegido presidente de Estados Unidos, el mundo está pendiente de sus ocurrencias. Pero lo malo es que sus ocurrencias pueden poner en peligro el fragilísimo equilibrio mundial.
Trump parece empeñado en desmontar cuanto hizo Barak Obama. Y lo ha vuelto a demostrar con su decisión de trasladar a Jerusalén la Embajada de Estados Unidos en Israel.
Ya hemos visto las consecuencias: muertos y heridos es un nuevo enfrentamiento entre israelíes y palestinos.
Lo que es evidente es que Donald Trump sabía que lo que ha sucedido iba a suceder y a pesar de eso adopto la decisión de reconocer Jerusalén como capital del Israel.
Y como era de esperar, Hamás ha vuelto a enviar a su gente a enfrentarse a pedradas al Ejército israelí sabiendo que los soldados iban a responder con fuego real y por tanto que habría muertos y heridos. La pregunta es ¿y ahora qué?.
Lo descorazonador es que con su decisión Donald Trump aleja aún más la posibilidad de que palestinos e israelíes se sienten a negociar.
La segunda decisión de Donald Trump que añade más leña al fuego de la zona es haber roto unilateralmente el pacto nuclear con Irán.
No seré yo quién defienda el régimen de los "ayatolás" pero me parece que el pacto logrado por Obama era beneficioso para todas las partes.
No hay ninguna prueba, al menos Donald Trump no la ha puesto sobre la mesa, de que Irán este incumpliendo el pacto. Solo Benjamín Netanyahu denunció hace unos días en una rueda de prensa que Israel tenía pruebas de que Irán continuaba con su carrera nuclear.
En cualquier caso, la denuncia de Netanyahu no ha debido ser ni concluyente ni convincente para que ninguno de los países firmantes del pacto con Irán, nada menos que Francia, Gran Bretaña, Alemania, China y Rusia, se hayan manifestado al respecto.
Cada país tiene sus propios intereses y sus propias alianzas en la región, pero aparte de eso no parece serio que una potencia como lo es Estados Unidos rompa un tratado sin más explicación que el que así lo ha decidido su Presidente.
Es evidente que la decisión adoptada por Donald Trump tendrá consecuencias.
Solo cabe esperar que el resto de los países que firmaron el pacto con Irán lo mantengan, es decir, que al menos los europeos no permitamos que un personaje tan atrabiliario como es Donald Trump nos lleve del ronzal.
Dan ganas de gritar ¡socorro! Porque realmente con Trump en la presidencia de Estados Unidos el mundo es aún más inseguro.

Te puede interesar