INMACULADA PAZ ANDRADE Próxima doctora honoris causa por la Universidade de Vigo

“Hay sitios donde uno se siente mejor que en otros y es lo que me pasa a mí con vigo”

Inmaculada Paz Andrade, sobriña de Valentín Paz Andrade, será investida por la Universidade de Vigo el próximo 2 de mayo.
photo_camera Inmaculada Paz Andrade, sobriña de Valentín Paz Andrade, será investida por la Universidade de Vigo el próximo 2 de mayo. // Xuxo Lobato (Secretaria Xeral Igualdade)

 Doctora en Física en 1963 y catedrática en Física Aplicada, Inmaculada Paz Andrade estuvo al frente de estudios de termodinámica aplicada y calorimétricos, coordinó el diseño de un sistema para prevenir el peligro de incendios forestales y el proyecto Thor.

Con 89 años (no le gusta que se redondee en los 90, porque “no hay que hacerme más mayor”, indica), el próximo 2 de mayo será investida Doctora honoris causa por la Universidade de Vigo, con el profesor José Luis Legido Soto como padrino. Algo afónica, con un sentido del humor muy fino y llena de vitalidad, recibió la noticia en Santiago, donde reside.

Acostumbrada a los reconocimientos, ¿cómo recibe esta nueva distinción?
Este no es el primer homenaje que recibo y espero que no sea el último. Como en otras ocasiones, me llena de alegría y especialmente por ser en Vigo. Con 4 o 5 años me llevaron a vivir para allí con unos tíos y siempre me gustó la ciudad. Hay sitios donde uno se siente mejor que en otros y es lo que me pasa a mí en Vigo. Pero esta no es la primera vez que se acuerdan de mí. Fui una de las primeras en ser nombrada Galega Destacada por Diálogos 90. 


Debió de ser una de las pioneras gallegas en doctorarse en Física. ¿Fue más complicado trabajar en una facultad de Ciencias siendo mujer?
En España fue duro, bien por ser mujer o bien por como estaban las cosas en época de Franco. Éste es un país de envidiosos y a mí me gustan los cambios, por lo que no me importó marcharme a otro país. Nunca me dio miedo salir por ahí y en el extranjero también lo pasé muy bien. La primera vez que llegué a Francia solo sabía cuatro palabras en francés, de aquella era normal escoger un idioma del Eje, así que pese a que me gustaba inglés, estudié italiano. Dificultades también las pasaron los hombres que emigraron. 


¿Cómo valora la evolución de la universidad en estos años?
De eso voy a hablar en el discurso, por lo que no adelantaré nada.
De todas las distinciones que ha recibido, ¿hay alguna que tenga un valor especial para usted?
No. Dan un premio y ya.


¿Cómo supo que quería ser física?
Yo quería ser médico, pero mi madre no me dejó. No le gustaba para mí, así que mi padre, haciendo lo que le mandaba mi madre, me matriculó en Ciencias, que en realidad era Químicas. Entonces en Santiago solo había esta facultad, la de Derecho, Filosofía y Letras y Medicina. Para comprendernos, hay que saber cómo éramos los de mi generación. Nadie me pregunta si me gustan los tomates. Los odio, no los tomo nunca, porque de joven los tenía que comer todos los días.n

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