Opinión

Se espera a Rajoy

Quim Torra es el nuevo presidente legal de la "Generalitat" pese a que en su discurso de investidura proclamó ante el "Parlament" que el verdadero presidente de Cataluña era Carles Puigdemont, prófugo de la justicia. Tal es el grado de surrealismo en el que están instalados los políticos separatistas.
De lo proclamado por Torra se desprende que tiene intención de rescatar las llamadas leyes de desconexión que fueron suspendidas por el Tribunal Constitucional y que pretende activar la ficción de la república catalana potenciando estructuras de poder paralelas (asamblea de electos) e incluso otras extra parlamentarias tales como las asociaciones cívicas nacionalistas o un denominado "consejo libre de Europa". Son palabras dichas en el Parlamento de Cataluña. Palabras mayores en lo que tienen de anuncio de una agenda diseñada para enfrentarse al Estado saltando por encima de la ley.
Llegados a éste punto cabe preguntar en voz alta qué hará Gobierno que preside Mariano Rajoy para hacer frente a semejante desafío. Porque el anuncio de que el nuevo presidente de Cataluña tiene intención de impulsar el proceso separatista coincide con el hecho de que al formarse el "govern" decaerá automáticamente el Artículo 155 en los términos establecidos por el mandato que en su día otorgó el Senado.
Así las cosas, la precariedad parlamentaria del PP se revela como un elemento de primordial importancia porque el Gobierno mantiene una negociación con el PNV para allegar su apoyo al Proyecto de Presupuestos. Presupuestos de los que depende al menos durante el próximo año la estabilidad del Ejecutivo y la propia supervivencia política de Mariano Rajoy dado el sesgo adverso que dibujan las encuestas para el PP. La última publicada (Metroscopia) sitúa a éste partido como tercera fuerza, por detrás de Podemos y con Ciudadanos a la cabeza de la intención de voto.
Ciudadanos recela del pacto entre Rajoy y Urkullu porque la condición del PNV para apoyar los Presupuestos era la retirada del Artículo 155, justo lo contrario de lo que reclama Albert Rivera, partidario de mantenerlo e incluso ampliarlo. Si Quim Torra decide pasar de las palabras a los hechos a Mariano Rajoy no le quedaría otra salida que solicitar de nuevo al Senado la aplicación del ya famoso artículo cuya puesta en marcha supondría la destitución del "govern", escenario por el que ya hemos pasado con las consecuencias también conocidas. Una vez más las circunstancias se han conjurado para emplazar a Mariano Rajoy a realizar una de las cosas que más detesta en esta vida: tomar una decisión. Está en juego la unidad de España. Se espera, pues, a Rajoy.

Te puede interesar