Opinión

La salud europea para Cataluña

La Generalidad, que con deslealtad institucional anuncia la independencia de Cataluña, acaba de reclamarle “lealtad institucional”, textualmente, al Gobierno de Rajoy para que traiga a Barcelona la sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que deberá abandonar Londres por la salida del Reino Unido de la UE.
 La demanda parece una paradoja porque Cataluña independiente también saldría de la UE. Pero parece que los independentistas no creen en su independencia y con la boca pequeña quieren aprovechar que seguirán siendo españoles.
 Aunque su proclamado separatismo, y más tras el del Reino Unido, será un arma a favor de otras ciudades competidoras: Viena, Copenhague, Milán, Dublín y Ámsterdam.
 Claro que si se pierde esa sede los independentistas seguramente acusarán al Gobierno de desleal, y se quejarán de que en España ya están las agencias de Marcas en Alicante, la Aeroespacial en Madrid, la de Trabajo en Bilbao y la de Pesca en Vigo.  Realmente la EMA es la más atractiva: 890 profesionales, y sus familias, y además reúne regularmente hasta a 35.000 científicos para eventos especiales.
 Mariano Rajoy, muy implicado en esta operación, acaba de asegurar que “Si votaran esos trabajadores, elegirían Barcelona”.
 Es cierto: en una encuesta realizada a 687 de los 890 empleados, el 78 por ciento afirmó que quisieran trabajar en España (la pregunta hace referencia a países, no a ciudades); sí, quieren vivir como los españoles de clase media que tanto denigramos nuestro país.
 La ministra de Sanidad, la alcaldía de Barcelona y el consejero de Salud de la Generalidad se reunieron este fin de semana para coordinar el esfuerzo gubernamental, reunión en la que esa demanda de “lealtad institucional” de la Generalidad es risible: puede decirse que creen poco en su separatismo, pero mucho en el parasitismo.

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