Sueños de Olimpia

Reyes Abades, el creador de la flecha olímpica

Antonio Rebollo y su arco, durante un momento inolvidable en la historia del olimpismo.
photo_camera Antonio Rebollo y su arco, durante un momento inolvidable en la historia del olimpismo.

Hace unos días falleció Reyes Abades, ganador de 9 Goyas por su trabajo como director de efectos especiales. "Con su marcha, se muere la mitad del cine español", ha sentenciado el director Álex de la Iglesia.
Pocos saben que Abades fue el creador de un momento único en la historia del Olimpismo. El encendido del pebetero en los Juegos de Barcelona 92.
El 25 de julio de ese año, a las 22,40 horas y ante una audiencia estimada de 2.000 millones de espectadores, el ebanista y atleta paralímpico Antonio Rebollo, encendió una flecha con el fuego de la antorcha cedida por Epi y la proyectó con su arco hacia el pebetero, situado a 86 metros de distancia, con el viento de cara y el fuego abrasándole los dedos. La música de Angelo Badalamenti ('Twin Peaks') creó una atmósfera mágica.
La flecha salió del arco y pareció caer sobre el pebetero. Abades se aseguró que todas las cámaras filmasen la trayectoria de cara. Sí, la flecha cayó por detrás del estadio, en una zona delimitada y fue recogida al momento por un operario. Esto es el cine.
Pocos saben que Abades trabajó sin descanso sobre una flecha que se apagaba o estallaba. Hasta 20 días antes no dió con el diseño ideal, mientras Rebollo -bronce en Seúl 88 y 9 veces campeón de España- ensayaba sin descanso junto a Joan Bozzo. Ellos fueron los dos aspirantes al lanzamiento final hasta dos horas antes del momento, para evitar una insoportable presión psicológica.
El número salió redondo, inolvidable. Abades se quedó con la flecha de recuerdo y se negó a cederla al Museo Olímpico de Barcelona. La consideró su obra maestra y se la llevó a su tierra extremeña. Un infarto terminó con la vida de este prestidigitador. Fin.

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