Opinión

La quinta columna de Gibraltar en España

Una agencia de servicios de prensa, más concretamente, “El Servicio de Información del Gobierno de Gibraltar en España”, denominada InfoGibraltar, y que afirma ser el Servicio de Información del Gobierno de Gibraltar simplemente, suele enviar réplicas a los medios donde publico algún reportaje desfavorable para la existencia de la colonia. Lo más sorprendente, es que el teléfono de referencia de esta consultora (34 674 283 002) utiliza el prefijo del Reino de España, lo que permite deducir que se halla en territorio español. Y tiene una web de pretendida información que es en realidad de pura propaganda para dar una imagen moderna e independiente del territorio colonial del Reino Unido en la península.
En su web dice: “InfoGibraltar es el Servicio de Información del Gobierno de Gibraltar en España. Con colaboradores en Madrid y el Campo de Gibraltar, InfoGibraltar está al servicio de los medios españoles y de usuarios interesados para facilitar y ampliar el entendimiento de cualquier tema relacionado con Gibraltar. Quedamos a vuestra disposición y agradecemos cualquier sugerencia para mejorar nuestro servicio”.
Es decir, que desde España, este servicio, agencia, o empresa de relaciones públicas, que tiene una web del mismo nombre, se dedica a tratar de dar una imagen moderna, eficiente, independiente y autónoma de la colonia. Si la empresa es española y españoles sus empleados, la cosa resulta especialmente abyecta.
Sus réplicas o comunicados son los típicos de una agencia de Relaciones Públicas y en parte alguna aparece emblema, membrete, sello o autentificación que nos indique que es una comunicación propia del gobierno de la colonia, pese a la confusión que pueda provocar su logotipo. Firma los comunicados un tal Nacho Arranz (que no suena muy británico, precisamente) y da como teléfono el antes referido con el marcador previo de España.
Hace unas semanas replicó un artículo mío, reconociendo que, si bien Picardo, como otros tantos gilbraltareños, había tenido casa en España, en concreto en la urbanización de lujo de Sotogrande (como tienen varios miles de gibraltareños), en estos momentos se había desecho de tal propiedad, lo cual no desvirtuaba en absoluto la noticia de que el susodicho ministro principal de la colonia, curiosamente, gozaba de residencia fuera de aquélla. En España, beneficiándose, como otros, de la anómala situación fiscal que ello supone.
Ahora pretende replicar a un artículo sobre las manifestaciones y preocupaciones que han generado en la colonia los posibles efectos de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, dándole la vuelta a lo que yo he publicado realmente, pero sin aludir a los aspectos más esenciales de mi reportaje: El Tratado de Utrecht, las agresiones a la pesca en la bahía de Algeciras, la ampliación de la roca con materiales procedentes de España, los beneficios que la colonia obtiene de la tolerancia española con respecto al juego on-line,etc. De eso no dice nada.
Alude esta entidad a que los comentarios de mi reportaje están basadas en declaraciones de Picardo de 2013. Cierto que debería matizar el concepto de “recientes” que usé de modo genérico, si bien en el contexto permanente de su actitud manifiesta hacia España en este conflicto, confirma que sigue manteniendo lo que dijo entonces, antes y después. Es decir, que sus declaraciones no son antiguas, como es fácil de comprobar, sino que refresco lo que ha sido una constante en su hostilidad interesada hacia España.
De momento Gibraltar es una colonia, no un territorio independiente, sino parte misma del Reino Unido. Nunca las autoridades españolas (sino que lo invocaron las de la colonia) admitieron que los controles soberanos que España realiza en la frontera eran un arma política, y esa acusación por parte de Gibraltar, lanzada en 2013, está latente y presente.
El hecho de que España no lo haya aplicado, no supone, como se afirma en el reportaje, que en Gibraltar no despierte temores la posibilidad de que el nuestro país establezca, si las circunstancias lo requieren, cauciones especiales para permitir el tránsito hacia Gibraltar o,  simplemente (cosa a la que no replica la agencia al servicio de Gibraltar) aplicar el artículo 10 del Tratado de Utrecht que es el instrumento jurídico que justifica la posesión de la roca por el Reino Unido, de que la colonia “no tenga comunicación por tierra con el territorio circunvecino”, como se aplicó en 1969.
Como periodista español y profesor de Deontología de la Comunicación no voy a responder a las afirmaciones de estos empleados al servicio de la colonia sobre la veracidad de mis afirmaciones. Y menos al ridículo argumento de que ley alguna ampare a la agencia que evacúa la pretendida réplica. Lo que no es admisible es que una entidad mercantil al servicio de la ocupación de una parte del territorio de España venga a calificar nuestras opiniones o pretender rectificarlas con el vergonzoso fin de dar una imagen falsa de una situación que indigna y combatimos todos los españoles dignos de serlo. 
 

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