Opinión

¿Qué pasa con el alquiler?

Pues pasan muchas cosas, unas buenas y otras no tanto. De entrada decir que la eclosión del arrendamiento va para largo, con lo cual si podemos decir que estamos inmersos en la década del alquiler. Y esto se produce por varias razones y para ello lo mejor analizar el comportamiento en el mercado de arrendamiento de vivienda habitual de las tres grandes ciudades del sur de Galicia, las cuales tienen un comportamiento similar en el incremento del precio metro cuadrado, en la comparativa interanual y en la reducción del stock de vivienda de alquiler en el mercado de comercialización.
Pero a partir de ahí sí hay matices diferentes entre unas y otras. Vayamos con los datos: 13,43% era el número de hogares en arrendamiento a finales del 2016 en la ciudad de Pontevedra y que a cierre del 2017 asciende a 14,85% de hogares en alquiler con un incremento de más de un punto. La ciudad de Pontevedra es la que menos oferta de vivienda tiene y ahí hay tres condicionantes: Por un lado la vivienda vacacional que ha contribuido a reducir la oferta, falta de nueva construcción de vivienda habitual y movilidad laboral. Aunque hay que decir que la demanda es proporcional a la oferta, lo cual no produce grandes subidas de precios, ni inestabilidad preocupante en el mercado de alquiler de momento. 20,63% son los hogares en arrendamiento en la ciudad de Vigo a cierre de 2016 y que a cierre del 2017 sube hasta un 23% del total de viviendas de primera residencia. La ciudad de Vigo es la más dinámica en el mercado de alquiler y alcanza el precio más alto por metro cuadrado de las siete grandes ciudades de Galicia. Su oferta de ha reducido en un 40% en la comparativa interanual y esto es lo más preocupante ya que no solo anticipa un nuevo incremento del precio sino que es un mercado que tiende al colapso de la oferta y la demanda en menos de dos años. Que esta ciudad no tenga capacidad de obra nueva al no tener un plan general aprobado en su totalidad resta soluciones al problema, agravado por una constante demanda derivada de la movilidad laboral y de una creciente carga de trabajo de su tejido económico-empresarial. En definitiva, lo que debería ser positivo, que es más empleo, lo complica el no tener un parque de vivienda en alquiler para atender tan fuerte demanda. Dicho esto, lo que sí aumenta y de forma progresiva es la rentabilidad de los propietarios de vivienda destinadas al arrendamiento, lo cual deriva y lo seguirá haciendo, a un incremento constante de la compraventa de vivienda usada por parte de inversionistas para destinarlas al alquiler. Lo cual nos está llevando a un mercado de la vivienda en la ciudad de Vigo altamente especulativo con todo lo que eso conlleva. 
19,75% son los hogares en alquiler en 2.016 y 21,3% son los hogares en arrendamiento en la actualidad en la ciudad de Ourense, que con un incremento del precio en la comparativa interanual de un 12,50% y ante la falta también de un plan general de ordenación que de seguridad jurídica urbanística está produciendo que nueve de cada diez personas de menos de 35 años opten por el alquiler por diversos motivos: Falta de financiación o de capacidad de ahorro para tener una vivienda en propiedad, empleo temporal, falta de oportunidades laborales, movilidad laboral, son las causas principales por las que el incremento de la demanda es notorio.
En definitiva, el mercado de alquiler gira al alza con fuerza, en precio y demanda, debido sobre todo a la movilidad laboral, cambio de mentalidad generacional y descenso de la capacidad de disponer de vivienda en propiedad como también a una vivienda vacacional que cotiza al alza para sus propietarios por su rentabilidad superior al alquiler tradicional.

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