Opinión

Qué caro sale lo barato

El anuncio realizado por Mariajo Rajoy supone, de hacerse realidad, una doble satisfacción: por un lado, acabar con la ruina de la A-55 actual, una carretera desdoblada mala, peligrosa e irreformable, y por otra, la culminación 25 años después de la A-52, que al fin llegaría hasta Vigo y no se quedaría en Porriño, como ahora. Era y es una asignatura que se quedó sin aprobar: el tramo final de la A-52, una autopista moderna, en túnel, y con una entrada de gran ciudad a la Muy Leal. Tarde, pero excelente.
Sería también la enésima confirmación de qué caro sale lo barato. La A-52 Vigo-Porriño costaría más de 300 millones de euros, según ayer dijo Rajoy, y sería la tercera vía de alta capacidad construida ante ambos municipios.
La primera, la A-55, el desdoblamiento de la vieja carretera nacional con curvas y pendientes impropias de una autovía que acabaron convirtiéndola en la más peligrosa de España. La proliferación de radares permitió que al menos no haya víctimas, a cambio de miles de multas cada año. Fue una obra relativamente barata y sencilla, pero que se ha mostrado un error absoluto. Emilio Pérez Touriño la inauguró por partes siendo secretario de Estado de Infraestructuras, aunque luego lógicamente no quiso saber nada de ella.
Luego llegaría la AP-9 en su tramo Puxeiros-Porriño-Tui, una inversión que no se ha rentabilizado y que difícilmente lo hará en el futuro. Es el tramo de la autopista menos utilizado entre Ferrol y la frontera, pese a tratarse de una buena autopista, pero cara, que no compite con la pésima A-55. Menos aún con la A-52. Continuará...

Te puede interesar