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Partido de reencuentros

El Club Náutico de Vitoria 63/64. El dorsal 8, el vigués Rafael Tapias; el 4, Pepe Laso. El técnico, Añua.
photo_camera El Club Náutico de Vitoria 63/64. El dorsal 8, el vigués Rafael Tapias; el 4, Pepe Laso. El técnico, Añua.

El Quino Salvo reunirá a Pepe Laso y al vigués Rafael Tapias 50 años después en el Central 

El baloncesto masculino vigués ha sido más grande de lo que las actuales generaciones viven. Mucho más. El Memorial Quino Salvo, que honra al mejor jugador local de todos los tiempos (Morabanc Andorra-Oporto, sábado 15, As Travesas, 20:00), también será punto de encuentro de otras historias que lanzaron la modalidad.
Porque el Central de As Travesas será testigo del reencuentro de dos personajes unidos al baloncesto olívico. "Hace 50 años que no nos vemos", apunta Tapias. Fue con la inauguración de As Travesas (verano de 1968), jugándose en Vigo el Eurobasket júnior.
Medio siglo despuésRafael Tapias (Vigo, 1941) y Pepe Laso (Madrid, 1938) volverán a coincidir en una cancha. Aquel, actual presidente del Real Club Náutico de Vigo; este, internacional con España, que ganó como entrenador del Madrid Liga y Copa en las campañas 59/60 y 60/61, es padre de Pablo Laso -técnico del campeón de la Euroliga- y uno de los entrenadores más influyentes de los 80, amén de haber dirigido en ACB a Baskonia, Fórum Valladolid y CAI Zaragoza. Un mito.
En los 60, Tapias jugaba en el Estudiantes vigués como alero. Con 22 años tuvo que irse a trabajar a Vitoria y Antonio Díaz Miguel, sempiterno seleccionador nacional (plata en Los Angeles 84 contra Michael Jordan) y con buenas relaciones en Vigo, "me dijo que me iba a poner en contacto con Javier Añua", rememora Tapias. Aquel era entrenador del Club Náutico de Vitoria, en 2ª (la LEB Oro de ahora). Y Tapias llegó "y fui titular, como Pepe Laso; él de base y yo de alero", ya que el madrileño también llegaba para 1963. "Tuvimos una relación intensa porque éramos varios jugadores de fuera y hacíamos planes juntos", explica el dirigente del Náutico vigués. Estuvo unos catorce meses en la capital alavesa. "Se ascendió, era un equipazo". Después su vida se retomaba en Vigo. Y en el "Estu".
En el verano de 1968 se inauguraba As Travesas. Tapias volvió a ver a Laso, a Añua... y a Pedro Ferrándiz. Los alojó en su casa pues venían al Europeo júnior. "Ese verano decidí retirarme; siempre jugué en el Estudiantes salvo el año de Vitoria", apunta con orgullo. Ahora el Memorial Salvo reunirá a quienes tuvieron su rol en el despegue vitoriano. n

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