ANTÓN PATIÑO Artista, presentó ayer el libro “Manifiesto de la Mirada”

“El papel del artista hoy es quitar las malas hierbas que colonizan todo el terreno”

Antón Patiño presentó ayer “Manifiesto de la Mirada”.
photo_camera Antón Patiño presentó ayer “Manifiesto de la Mirada”.

 Antón Patiño (Monforte de Lemos, 1957) regresó doblemente a casa: Residente en Madrid, presentó su último libro, “Manifiesto de la Mirada”, ayer en Vigo, la ciudad de su infancia, en acto en Librouro, la librería familar que regenta su hermano. 

Con el subtítulo “Hacia una imagen sensorial”, ¿es fruto de la reflexión o de la experiencia?
Es un ensayo que complementa mi anterior libro “Todas las pantallas encendidas”, donde hacía una crítica del entorno sobresaturado de imágenes de nuestra cultura. Ambos títulos mantienen una relación de pareja. Si antes era diagnóstico, ahora abordo el hecho creativo, la imagen sensorial, sin finalidad comercial. Son 300 páginas en 30 capítulos, editado también por Fórcola.
¿Lo aborda desde el punto de vista del artista o del espectador?
Recojo momentos de intensidad del arte que resultaron fascinantes para los artistas, eran la utopía de las vanguardias de hacer de la vida arte y del arte la vida; momentos en que para los espectadores supusieron auténticas experiencias. Es el arte invasivo de Monet en el ciclo de nenúfares, donde define todo un espacio, el vivido y el captado, fusionándolos en una cúpula que envuelve al espectador. Hablo sobre la aportación de los autores al mundo y el tiempo que se requiere para ello. Sin esa mirada de cuerpo entero, no hay obra. También trato la emoción del aura y el avance por parte del artista hacia el mundo de lo no conocido, el registro de lo invisible a través del arte.
¿A quién dirige este libro: a un público genérico o para iniciados?
No está escrito para un público concreto, aunque a los que más les pueda llamar son a los que les atraigan los temas poéticos. Es un ensayo divulgativo abierto los interesados por el mundo de la sensibilidad como la entendían los humanistas, donde la conciencia vence a los seres alienados. La conclusión es que la imagen no existe sin la mirada. Es como el texto que con una única lectura no se entiende. Requerimos todos los sentidos, y el arte es el sexto. 
¿Cuál es la función de los espectadores?
A la libertad del creador contemporáneo le acompaña la memoria del espectador activo, que participe y complete la obra. El libro alude a este momento, porque hoy hay miedo en el ambiente, existe en la sociedad una sobredosis de imágenes absurdas.
¿Y qué papel le corresponde al artista?
Hoy es el de quitar las malas hierbas que colonizan todo el terreno. Vivimos en una polución tóxica y tiene que captar el instante decisivo.

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