El origen legendario del “Cristo de la Sal”

Foto: Archivo
La Cofradía del Cristo de la Victoria recoge entre su documentación las teorías que existen sobre el origen de la talla. Así aseguran en su página web que muchas son las historias que plantean el origen de la figura del Cristo y lo cierto es que ninguna de ellas se ha podido demostrar documentalmente.
Por tradición oral, la imagen también es conocida como “Cristo de la Sal”, sin embargo, no existe ningún papel que lo certifique.
Cuenta la leyenda que una embarcación que transportaba un cargamento de sal recogió la talla que flotaba en altamar y amenazados por el fuerte oleaje, los marineros optaron por atracar en el primer puerto para dejar allí la talla y prometieron asistir descalzos a una misa. Sin embargo, pudieron llegar a Vigo sin problemas y cuando esta tempestad amainó, volvieron a adentrarse en la mar olvidando cumplir con sus propósitos. Las olas se elevaron de nuevo en contra de la embarcación por lo que no tuvieron más remedio que regresar a puerto. La operación se volvió a repetir y viendo que la navegación se hacía inviable, cayeron en la cuenta de que habían olvidado cumplir su promesa, y llevaron la imagen a la Colegiata de la ciudad, probablemente por su proximidad al Puerto, y escucharon allí la misa.
Pero, ¿cómo llegó el Cristo a flotar en el Atlántico? Existen varias versiones que responden a esta pregunta pero la más extendida dice que durante el reinado de Enrique VII, los cristianos arrojaron las tallas al mar para salvarlas de la quema durante las persecuciones contra los católicos.
Otras hipótesis sitúan la figura en la obra del escultor vasco Sebastián Ucete datándola en 1740, coincidiendo con la misma fecha de la primera referencia documental del Cristo: una carta que Bernarda Bello de los Ríos dirige al Ayuntamiento solicitando permiso para colocar una tarima que había sido retirada.

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