Entre los personajes con peso en Vigo uno de mis preferidos es Javier Touza, el presidente de los armadores, de quien hemos descubierto su vena como deportista.
Touza, aunque no se lo crean, camina todos los días a paso ligero entre 15 y 20 kilómetros. Lo ha tomado como un deber y lo cumple a rajatabla, a veces por Samil, otras por el Castro y en ocasiones más lejos, por Monteferro. Le lleva como mínimo dos horas y ahí está el secreto de su figura esbelta, me cuentan. Voy a tomar nota de cara al verano…
Otro vigués que se ha puesto en línea, en este caso viguesa, es la presidenta y portavoz del PP local, Elena Muñoz, que hace un año decidió quitarse algunos kilos de encima y a base de constancia y método -y el estrés del cargo, la oposición es muy dura- se ha quedado en el chasis. Ella está encantada, eso sí.
Este pasado miércoles llamaba la atención una petición hecha en público por Teresa Pedrosa, la delegada de Zona Franca, al rector Salustiano Mato. Fue en la comida ante un centenar de empresarios en el Club Financiero. En un momento de su intervención, se dirigió a Mato para pedirle que le dijera al alcalde que no convoque el pleno de Zona Franca -es la única pero importante competencia del regidor en el consorcio- a primeros de mayo, porque se iba a marchar a un congreso de zonas francas en Colombia. No se sabe si le hizo caso, pero el pleno será el martes 25. Por cierto que también se irá al extranjero por esas fechas el presidente del Puerto, Enrique Lopez Veiga, para "vender" el Puerto Seco vigués. López Veiga también estaba en la sala, y a su lado su compañera y sin embargo competencia, la también viguesa Sagrario Franco. De hecho, así se saludaron.
Christina Rosenvinge pasó por Vigo en los conciertos de Mahou para mostrar su estilo musical neoyorkino -versión española tipo Suzanne Vega, para entendernos- y explicar su apellido: significa Rosa de Hielo. Las mujeres en la sala no se cansaron de llamarla guapa.
