Opinión

Ojo con el ingenio, que le lleve a Verín y no a Teo

Hay que empezar  por el principio, si queremos iniciar bien el tema de hoy. En una sola frase nos han salido tres sinónimos, confirmados por la Real Academia Española (Diccionario de la RAE en su Tricentenario), que al definir  el vocablo empezar tiene estas dos primeras acepciones: “Dar principio a algo” e “Iniciar el uso o consumo de algo”. Nos descubrimos ante la máxima autoridad  para todos los hispanoparlantes, se llama Darío  Villanueva y es de Vilalba como Manuel  Fraga Iribarne, este con altibajos, el mas sonado la bofetada política que recibieron “Los 7 magníficos”. Uno de estos era Federico Silva, en cuyo partido militó el alcalde de Vigo de los 70, Antonio Ramilo, que sacó de la nada la Confederación de Empresarios de Pontevedra. Otro “magnífico” que salió escaldado de las elecciones legislativas de 1977,  fue Laureano López Rodó, que mucho antes, en los 40,  desempeñó la cátedra de Derecho Administrativo y ayudó al desarrollo del  Opus Dei en Santiago, pero no desde Derecho Romano, donde la presencia de  la Obra de Dios se prolongó durante decenios. Barcelonés como López Rodó fue Álvaro D´Ors, que en 1944 ya era catedrático de Romano en Santiago, por permuta desde la Universidad de Granada. Riguroso, con peso en la Obra. A propósito de la pertenencia  al Opus, dije en alguna ocasión, a propósito de la versión del “Tartufo” de Molière interpretado por Adolfo Marsillach, que se zahería a los seguidores de monseñor Escrivá. Mi opinión no ha variado,  habrá de todo, pero los casos que he conocido  eran, o por ventura siguen siendo, unas buenas personas.
Hablaremos de la aplicación de Internet, que lo invade todo. Cuando ejercí el Periodismo en la central de algunos diarios no se había informatizado la Prensa. Eran los tiempos de los colegiales que visitaban el medio de comunicación, se marchaban ufanos porque el  linotipista escribía el nombre del  peticionario, lo hacía en un bloque que entregaba aun caliente al colegial. No recuerdo que los cabeceros, que levantaban los títulos, no hubieran tenido alguna vez  un fallo: Se les desbarataba todo el texto compuesto, hecho letra a letra y con  velocidad de vértigo, pero a veces se empastaba, empastar era en Artes Gráficas que se mezclan los elementos. En los últimos 30 años,no he trabajado en  la Redacción central de un periódico.
Tanto de mi ordenador como de mi móvil saco un  partido elemental, sin meterme en camisas de once varas. Por cierto, esta frase no aparece en las primeras 16 acepciones de la Real Academia Española, y luego las frases siguen el orden alfabético, según la Rae, la antes citada metedura significa: “Inmiscuirse en lo que no le incumbe o no le importa”.Debe hacer  2 años que tengo un móvil  en el que realizo y recibo llamadas, sé poner la alarma y archivar una nueva dirección. Nada de guasap, castellanizado, ni Internet –para qué, si lo tengo en el ordenador-, tampoco escucho música, que  solo tengo acceso a la gratuita…y le presto escasa atención. En 2007 me entrevistaron telefónicamente desde Compostela, el motivo no importa, y dije algo  así:”Soy un periodista pretecnológico, anterior a las Tics”. 
Nunca he tenido un gps en los distintos coches que han pasado por mis manos a partir de 1964, cuando los papás no nos compraban los automóviles. Ahora, hace  quizá 4 años, me he pasado al transporte público. El ingenio, que viene del latín Ingenium, es el gps, según el sitio digital es.thefreeedictionary.com/gps  es el “acrónimo del inglés (G) lobal (P) ositioning (S) ystem”. O lo que es lo mismo, en Telecomunicaciones  “Sistema de navegación y localización mediante satélites, de origen estadounidense”.
Todo indica que el gps es bastante seguro, pero con una frecuencia que  no querrían los usuarios, amigos y conocidos dan como resultado, no es una encuesta científica, por supuesto, de 1 de cada 10  que han tenido problemas con el aparato instalado en su coche.  Está Victor-PreMarathon, en marzo del año pasado y con la dirección www.sport.es/labolsadelcorredor, que no cuenta su experiencia sino la de otros. El  usuario de un reloj gps aseguraba que el ingenio se la jugaba en cada curva, que el aparato hacía “Carreras mal medidas, metros de mas en una maratón y relojes gps que marca recorridos atravesando edificios (…) y  el deportista seguía explayándose. Ojo, que algunos fallos  de este aparato, son el resultado de haber metido mal la dirección a la que viajan.
Procuro ser objetivo y leo en cincodias.com/cincodias, de 2015, que  “Google Maps ya se puede utilizar como gps sin Internet”. Un progreso evidente. Recurra a varias fuentes para confirmar que el ingenio no solo puede dirigirnos a un lugar. El cambio de dirección del titular es solo a manera de ejemplo. No voy a dar marcas de gps, ni para bien ni para mal. En varios sitios digitales leo precios de  349 a 99 euros, pero también hay ofertas por 45,99 euros. No son ni los mas caros ni los mas baratos.
Noticia de Venezuela, del periódico “Clarín”. El ministro encargado de perseguir robos de vehículos, entre otros temas, se ha reunido con cuerpos de seguridad y empresarios de gps, para emplear  este ingenio en la persecución de ese delito.
 

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