día internacional de la mujer

"Ojalá no pudiéramos entrar en este arco"

María Prelchi, Lourdes Castiñeira, Begoña Aldao, Vicky Villanueva, Conchi Martins, Ruth Calvo y Raquel Cameselle,                                       bajo un arco de la muralla de O Castro.
photo_camera María Prelchi, Lourdes Castiñeira, Begoña Aldao, Vicky Villaverde, Conchi Martins, Ruth Calvo y Raquel Cameselle, bajo un arco de la muralla de O Castro.

Siete presidentas de clubs de Vigo explican su trabajo diario y las dificultades del cargo en deportes como voleibol, fútbol,montañismo, baloncesto y balonmano  

Siete presidentas de clubs de Vigo. De baloncesto, de balonmano, montañismo, voleibol y también de fútbol. A la hora convenida y con la lluvia de marzo comienzan las conversaciones al resguardo de una puerta de entrada a la fortaleza del Castro. "Ojalá fuéramos más y no pudiéramos entrar en este arco", se lamenta una de las presentes. En Vigo hay centenares de entidades deportivas y miles de deportistas. Sin embargo, pocas mandatarias, un número bajo de directivas, escasos cargos federativos. La presencia de la mujer en el deporte cada día es mayor, pero todavía son excepción. 
Así lo admite María Prelchi, que llegó hace un año a la presidencia del Seis do Nadal de balonmano. Lo hizo porque "vi un artículo en la prensa digital que se titulaba 'El balonmano, un deporte no tan femenino'. La verdad es que tenía razón la periodista porque casi no existían mujeres trabajando para este deporte. Ni en los estamentos, ni en los árbitros, ni en los clubs. Fue lo que me hizo picarme y presentarme a las elecciones". 
El balonmano, en la provincia de Pontevedra, tiene un seguimiento notable con dos equipos femeninos en División de Honor y cuatro en la segunda categoría. Sin embargo, la dirigente del Seis do Nadal constata que "en la Federación no hay  ninguna mujer en la directiva. Cuando miras otros clubs, tampoco hay mujeres. No encuentro una explicación, la verdad". 
Vicky Villanueva dirige el Descanso Sampayo de fútbol desde hace trece años. Si la presencia de la mujer en el fútbol todavía es baja, hace más de una década era testimonial y más en un club pequeño y de barrio. Sin embargo, la responsable expresa que "entré en el club hace diecinueve años como mamá y después en la directiva. El primer año estuve como tesorera y el segundo ya como presidenta; ahí sigo hasta hoy en día". Al principio se encontró la oposición del mundo futbolístico, que, según reconocen las propias presidentas, "es machista". Eso sí, incluso más en el entorno que lo rodea que dentro de la propia entidad. Desde su posición, Villanueva explica que "al principio sí que escuchaba por el barrio aquello de "bueno, una mujer, esto no dura ni dos días. No tiene ni idea". Pero nada más. Lo que hay que hacer es dar una oportunidad a quien tiene interés. Tampoco creo que sea una cuestión de entender de fútbol porque, además, hay mucho entendido en esto del fútbol. Si juntas a todos los padres de todas las categorías, cada uno haría una alineación distinta. Lo que tiene que hacer un directivo es gestionar bien y tienes unos entrenadores que se supone que tienen que encargarse del trabajo deportivo". 
El Descanso Sampayo tiene como principal elemento de freno el carecer de un campo de hierba artificial. Juega sobre tierra, un caso excepcional en la ciudad y la gran batalla de la dirigente. De cuando comenzó a la actualidad, la situación cambió poco porque "hace trece años, estaba yo y otra mujer en el Chapela, que marchó rápido. Quedé sola como presidenta de un club aquí, en la zona de Vigo. Ahora llegó Begoña, del Sárdoma, y espero que la gente se vaya animando un poco". 
Precisamente, Begoña Aldao se estrenó a inicios de febrero al mando del Sárdoma. La primera presidenta en un club de fútbol vigués con un representante en la categoría nacional. Un paso adelante tomado con naturalidad. "No sé si sorprendió la decisión de presentarme. Había que preguntárselo a los socios. En el fútbol hay muy pocas mujeres y no deja de ser eso, una mujer en el mundo del fútbol, que es un ámbito bastante machista. Queriendo o sin querer, pero lo es", explica. También matiza que "algunos socios eran algo quisquillosos y decían que sólo iba a defender el fútbol femenino. Por el hecho de ser mujer, ya iba a defender solo el femenino y no es así. Voy a defender a todos los equipos del club, ya sean masculinos o femeninos. No es una cuestión de género". 
Lejos del fútbol y de las canchas de balonmano se sitúa Lourdes Castiñeira, presidenta de Montañeiros Celtas. Una entidad nacida en 1942 y en la que "se sorprendieron, dentro del club fue una alegría porque, después de tantos años, por fin una mujer se decidió a dirigir el club. Cuando entré me convertí en la primera presidenta en 69 años de Montañeiros Celtas. Tuve apoyo y con una directiva de gente joven y con mujeres. Lo que sucede es que estas cosas, que son voluntarias, tienen una duración temporal". 
La alegría y la ayuda recibida en su entidad contrasta con otras situaciones porque "cuando voy a la federación, como mucho, estamos tres mujeres en cada reunión. Es algo bastante penoso, por decirlo de alguna manera. En el aspecto general, va habiendo alguna mujer más, pero pocas. En nuestro club, no. Hay directivas mujeres y creo que hay más mujeres que hombres, pero en las reuniones a nivel federativo el 98% son hombres. Al principio me sentía algo rara, pero también porque era extraño para ellos. De pronto, había una mujer y tenía otros puntos de vista. De hecho, cuando entra alguien nuevo en un lugar de pocos cambios, sea hombre o mujer, ya supone un impacto". 
Una representación que no responde a la realidad porque en Montañeiros Celtas "hay un 54% de hombres y un 46% de mujeres, más o menos. En las actividades varía según lo que se realice". 
Ruth Calvo preside el Xuvenil de Teis de voleibol, una entidad que tiene como equipo de referencia el conjunto de Superliga Femenina 2. "Empecé en la directiva hace unos diez años, cuando volví a Galicia tras estar otros diez fuera. El inicio fue como entrenadora y después, al año de empezar, me propusieron entrar en la junta directiva como presidenta, directamente. 
En aquel momento, "me soprendió un poco, pero existía el interés de que un equipo femenino como el nuestro estuviera presidido por una mujer, aunque el resto de la directiva eran hombres. Salvo tres entrenadores, el resto son hombres, pero aun así, sí que somos un club femenino". En este caso, los responsables del club de Teis tenían claro el enfoque que querían dar a la entidad y apostaron por él desde la figura más visible. Ahora "casi todas las niñas que quieren jugar a voleibol en Vigo a un nivel relativamente alto vienen al Xuvenil". Calvo, además, tiene un contacto directo con el mundo de la formación porque "estudié INEF y soy profesora de Secundaria en un ciclo de FP en la que doy clase en el curso de entrenadores de fútbol. Aún así, la proporción sigue siendo la misma. Continúa habiendo muchos más hombres dentro del deporte que mujeres. Estamos, pero nos cuesta arrancar en lo referente a entrenadoras o dirigentes. No en la práctica deportiva, porque las mujeres en España están consiguiendo buenos resultados, pero sí en otros ámbitos relacionados con el deporte". 
Conchi Martins preside el Seis do Nadal de baloncesto. Un club realmente complejo en Vigo por el número de deportistas, que se acerca al millar. "Llevo en la directiva nueve años, pero seis en la presidencia. Llegué como madre de un niño en benjamines y me dijeron de formar parte en la nueva directiva que se estaba organizando y dije que sí. Había una presidenta antes que yo que decidió dejarlo después de dos años y, por antigüedad de los que estábamos, me tocó a mi", reconoce la dirigente y matiza que "hay momentos duros. Creo que lo más complicado fue al inicio de todo, cuando entré de directiva porque el club estaba en una fase difícil a nivel económico". 
Dentro del mundo del baloncesto, Martins reconoce que "cuando vamos a una reunión o así, no hay muchas mujeres. Del área de Vigo hay pocas, pero el trato es bueno, no existe ninguna diferenciación con los hombres". 
Raquel Cameselle es una recién llegada a la presidencia del Volei Playa Vigo. En su caso, "estaba a punto de desaparecer el club porque no había nadie que se hiciera cargo y la presidenta no podía. Éramos todos socios, no queríamos que se terminara y dimos el paso. Me empujaron un poquito. Teníamos la decisión tomada y yo di el paso. La mayoría en la directiva somos mujeres. De nueve somos seis y tres hombres. Estamos colaborando y lo llevamos todo al día". 
Raquel trabaja, estudia, entrena y ahora preside la entidad. Algo que le obliga a una organización profunda y también matiza que en su disciplina en voleibol predomina el femenino y también el respeto: "la mayoría son mujeres. En las directivas cada vez hay más y como entrenadoras igual, cada día hay más. Aparte de presidenta soy árbitro y, en este deporte, se respeta mucho a los colegiados y también a las entrenadoras. No es como en otros". 
Siete presidentas de Vigo y se puede encontrar alguna más como Paula Mariño, del Atletismo Femenino Celta; Maria Villar, del Halcones de béisbol, o Paula García, del Maniotas de gimnasia. En todo caso, una minoría en una ciudad en la que existen centenares de entidades deportivas y miles de deportistas. En deportes de tendencia femenina son minoría en la dirección y en los de predominio masculino son, directamente, la excepción. La igualdad ni se intuye en deporte.n

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