Cartas al director

Obituario / A mi esposa con cariño

Habrán pasado los años, pero el tiempo no ha podido hacer que pase lo nuestro.

 Cinco años, cariño y me parece que fue ayer, ahora la casa esta fría, vacía, tus hijos, tus nietos y esos alegres y traviesos gnomos de tus biznietos, dan alegría y calor, haciendo mi soledad más llevadera, pero cuando se van vuelve la frialdad. Tú vida, en los más de sesenta años juntos, la dedicaste por entero a nosotros. Tú alegría fue tu familia, tu hogar, tu pesar y tu razón de ser; esposa modelo y madre de excepcional ejemplaridad. Tu me has dado hijos, calor de hogar y cariño de esposa, de amiga y novia, todo lo que un hombre puede desear. Gracias, amor mío.
Pediste que el vacío que dejabas se llenara de amor entre nosotros, que no te olvidáramos los que tanto te quisimos, pues así fue, es y será, ahora en el Cielo, como antes en la Tierra te seguimos adorando en justa correspondencia a tu amor. Rosita, todos lloramos tu ausencia, pero nos consuela el saber que Dios ya te ha llevado a la luz.
Miña Dona, a grata lembraza de moi pequeno anaquiño que falta para estar a teu carón fai mais levadeira a espera, namentres tenros e garimosos bicos, deica logo, quérote.