Opinión

Mariano Rajoy y el 155 de la Edad Media

Querido Mariano:
Nos conocemos desde hace mucho tiempo, tú no lo recordarás pero en mi mente flotan las conversaciones que manteníamos tú, tu hermano y yo los viernes después de  “cantar” los temas de la oposición  en el desaparecido “Gallo Rojo” de Santiago de Compostela. Nosotros, jóvenes aspirantes a Notario¸ te mirábamos con admiración juvenil porque tú eras todo un señor Registrador de la Propiedad con la oposición ya en el bolsillo. Recuerdo tu figura estólica y tu oscura barba tal cual pantocrátor griego. En una palabra, en aquel ambiente de oposición, por qué no decirlo ahora, eras nuestro ídolo y el ejemplo a seguir.
Más tarde el destino nos hizo compañeros de partido si bien tú en Madrid y yo en una provincia –incluso te presenté en una conferencia que diste en la localidad de Carballino en Orense -, hicimos algunos viajes juntos de Madrid a Santiago y hablamos de temas que ahora no me apetece recordar.
Te dirijo esta carta para mostrarte mi sana preocupación por el mal estado que te vi el pasado domingo cuando compareciste en televisión tras la asonada golpista vivida en Cataluña. En realidad te noté ausente, perdido, desorientado, incluso diría asustado, pero sobre todo solo y hablando de una realidad que nada tenía que ver con lo que todos pudimos observar.
No voy hablarte de teoría política porque me interesa la persona y creo que debo decirte que no debes tirar la toalla todavía. España es un concepto muy grande que el destino ha puesto en tu espalda. Debes saber que millones de españoles estamos detrás no de ti, sino de lo que representas como Presidente del Gobierno y esperamos que corrijas el monumental error cometido el 1-O. No nos merecíamos que una minoría, respecto al total del Estado, nos hubiese pisoteado la dignidad en la forma en que se hizo y que atónitos observásemos como se anuló el Estado y sus Instituciones. 
Has manifestado que no adoptarás ahora ninguna medida hasta que se produzca la declaración unilateral de independencia y que todo lo harás con el consenso de PSOE y Ciudadanos. Mi querido amigo, olvídate de estos compañeros de viaje y haz lo que 45 millones de Españoles exigimos de un Jefe de Gobierno. Hazlo aunque ello te pueda costar el cargo de Presidente de la Nación, pero siempre te quedará el orgullo de decirle a tus hijos que hiciste lo que de ti se esperaba.
Dejo lo estrictamente personal y para que te relajes te cuento algo que ocurrió en 1486 en donde los Reyes Católicos aplicaron de facto un remedo del vigente Art. 155 de nuestra Constitución y en modo alguno les tembló el pulso. Se encontraban los Reyes en Córdoba luchando en pro de la unidad de España cuando llegó a sus oídos que el Conde de Monforte de Lemos del Reino de Galicia andaba con comportamientos sediciosos y desobedeciendo sus órdenes. Los Reyes no se escudaron en los órganos judiciales de la época ni mandaron a nadie en su nombre, sino que cogieron a su ejército y a pie desde Córdoba se plantaron en la localidad Zamorana de Benavente. Mandaron llamar al sedicioso que tardó un tiempo en comparecer,  para manifestar a sus Majestades que cómo podían dar crédito a las cosas horribles que se decían de él. La Reina le perdonó la vida pero lo desterró a él y a toda su familia previa confiscación de todos sus bienes. 
Mariano ya voy acabando; me dirás que los tiempos han cambiado. En efecto, así es. Sólo quiero que te quedes con los principios y la filosofía de esta actuación Real y la apliques a este momento. Por tus hijos, por nosotros y por ti no me gustaría que pasases a la historia como el gobernante  bajo cuyo mandato se enterró la España tal como nuestros padres nos la legaron y conocimos. Atte.

(*) Abogado y afiliado al PP

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