Opinión

Lo más expuesto

Llevo tantos años escribiendo y poniendo en cada uno de esos escritos una parte de mi mismo que todo el mundo me conoce y sabe de mí. Algunos me paran por la calle, otros me ponen un correo… La gente sabe que soy un fan de los Beatles, que nací  y ejerzo de madrileño y que soy del Real Madrid. Sabe muchas otras cosas de mí porque nunca las he ocultado y muy al contrario han formado parte de mis argumentos durante los treinta últimos años que llevo escribiendo esta columna con el ferviente deseo de parecerme todo lo más posible a don Ramón Mesonero Romanos que es en mi altar más selecto, el paradigma y ejemplo más noble de comentador incisivo y sincero, cuajado de sentido y de intención como yo creo que debe comportarse un catador de la realidad a la hora de confeccionar su tira diaria.  Al de Mesonero Romanos, me gustaría añadir el nombre de don Luis Taboada, miembro honorable de esa galería de espléndidos columnistas que han hecho noble el periodismo nacional.  Pero como es vigués, nadie en Vigo lo recuerda, ni se habrá leído sus divertidas colaboraciones en la prensa nacional cuajadas de retranca, ni tendrá la menor idea de quién era porque eso de olvidarse de los suyos es muy vigués y sus autoridades ciudadanas nunca han movido un dedo por remediarlo.
El hecho de escribir una columna diaria sin recurrir más que en momentos de absoluta necesidad al amparo del frigorífico, coloca al autor desnudo como un gusano ante su parroquia y le confiere un estatus tan admirable como expuesto. Uno se expresa tantas veces, toma partido en tantas otras y apuesta tan a contrapelo con tanta frecuencia y tanto peligro, que se coloca en evidencia y se expone a que le maldigan porque nunca llueve a gusto de todos. Incluso a que le amenacen con ponerle un ojo a la funerala que no seré yo el primero al que le pasa esto.
Todo el mundo sabe por tanto que soy del Real Madrid como no podría ser de otro modo así que ando yo esta mañana con el disfraz de contento después de haberle ganado al United que es, junto con el Barcelona, el depósito de todos mis denuestos. Pero quizá lo que a un aficionado al fútbol -y yo lo soy- más le inspira este partido y su resultado es la absoluta carencia de elegancia y belleza en el comportamiento de un clásico del balompié mundial al que José Mourinho ha convertido en un equipo vulgar y aún peor que todo eso. El equipo donde jugaron Dennis Law, Bobby Charlton, Georgia Best, Ryan Giggs, Duncan Edwards, Harry Gregg o David Beckham es hoy un erial que Mourinho azuza para tratar de ganar al precio que sea. No bueno eso para el fútbol. Mesonero Romanos diría lo mismo si pudiera hacerlo.

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