Opinión

Las cuadraturas del círculo

No hay día en que no quede en evidencia que el nuevo gobierno se encuentra en una a situación endiablada ya que es rehén de Podemos y de los partidos independentistas.
Y es que Pedro Sánchez es presidente de Gobierno gracias a los votos de los partidos independentistas y si estos le votaron fue sencillamente con la esperanza de poder abrir un nuevo tiempo político donde se les permita cuanto menos salvar la cara. Por decirlo claramente, tanto Esquerra como el PDeCAT esperan que el Gobierno les permita hacer un referéndum, pactado, eso sí, pero referéndum al fin y al cabo.
Naturalmente el presidente sabe que ese es un paso que no obedecido dar de manera que lo que ofrece es diálogo para resolver la crisis política amen de un nuevo Estatuto que sea punto de encuentro de todos los partidos.
La propuesta de Sánchez, explicada además en sede parlamentaria, es evidentemente razonable y sería el mejor camino para desatascar la situación política en Cataluña. Pero tanto el portavoz de Esquerra, el señor Tardà, como el del PDeCAT, el señor Campuzano le ha dejado claro que sus partidos están en otra cosa y que el diálogo solo debe de conducir hacia el camino de la independencia de Cataluña.
Pero no es solo que los independentistas estén defensa dinero una posición máximalista e imposible de asumir por el presidente del gobierno de España, es que Sánchez tampoco puede dar demasiados pasos, por ejemplo el de la elaboración de un nuevo Estatuto para Cataluña, sino no logra que Ciudadanos y el PP se impliquen en la elaboración y aprobación de ese nuevo Estatuto.
Lo que no se podrá reprochar a Pedro Sánchez es que no esté intentando plantar cara a la crisis catalana. Sí, el presidente lo esta intentando pero la respuesta que viene recibiendo por parte del independentismo es un desafío tras otro. En realidad los partidos independentistas han ayudado a Sánchez a ser presidente para aprovecharse de su debilidad parlamentaria y por tanto obligarle a dar pasos que, no solo no debe ni puede dar, sino que le supondrían enajenarse a una inmensa mayoría de ciudadanos del resto de España.
Dos no se entienden si una de las partes no quiere, y los independentistas catalanes parecen empeñados en no querer buscar una solución dentro de la ley.
Sánchez tiene audacia y ambición, además de estar encantado de ser Presidente, se le nota muchísimo, pero a lo que se está enfrentando es nada menos que a conseguir la cuadratura del círculo.

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