Opinión

La Cataluña deseable

La Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), con base en Barcelona, acaba de presentar en Santiago de Compostela su clasificación de universidades españolas de mayor rendimiento académico y científico, y resulta que las primeras son catalanas.
 Y esta vez no hay intromisión nacionalista: CYD está formada por representantes de las principales empresas de de España, la mayoría radicadas en Madrid, que han centrado la fundación en Barcelona por ser una iniciativa de empresarios catalanes.
 La presidenta de su Patronato de veinte grandes empresarios es la del Banco Santander, Ana Botín, que admite que uno de los objetivos de CYD es descubrir las aportaciones más importantes y prácticas de la universidad a la sociedad y a las empresas.
 La clasificación se basa en estándares internacionales sobre publicaciones científicas y patentes, aparte de consideraciones académicas de alumnos y profesores.
 Se estudian 69 universidades, 17 ámbitos y 1741 titulaciones, pero se advierte que no se trata de encontrar qué universidades son mejores, sino las que más publicaciones científicas y patentes aportan.
 Y aquí está la Cataluña deseable que, en simbiosis con el resto de España, todavía conserva aquellos reflejos que hacían de sus científicos y académicos grandes maestros en el resto de España e incluso en importantes universidades extranjeras.
 Aquí, naturalmente, no hay aportaciones notables de sabios nacionalistas, porque prácticamente no los hay. Son gente que pasa de nacionalismos y radicalismos.  Las primeras universidades de la lista son la Autónoma y la Pompeu Fabra de Barcelona, seguidas de Universidad privada de Navarra, la de Barcelona, la Rovira i Virgili y la Ramon Llull: quienes destacan no son los independentismos.
 Siguen las vascas Mondragón y Deusto, las madrileñas Carlos III y Autónoma, y entre las 15 primeras también están las de Gerona, Valencia, Santiago y Vigo.

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