Opinión

El jaleo francés

Por lo que se ve, habas las hay en todas partes y cuecen calderadas por doquier. Fíjense en lo que está ocurriendo en la vecina Francia también en luchas fratricidas y con primarias incluidas. Primero Hollande hace mutis por el foro, Sarkozy se ve postergado y el español-francés Valls, hasta hace nada primer ministro, cae derrotado ante otro socialista como él, Benoît Hamon. Resumiendo y concluyendo: también los galos tienen a sus partidos divididos, y la guinda llega con los escándalos del candidato de la derecha François Fillon, que había vencido a Alain Juppé. Y con todo ello la ultraderechista amiga de Trump, Marine Le Pen, ve el camino del Eliseo cada vez más cercano. Según las encuestas es ella la única que tiene claras posibilidades de acceder a la segunda vuelta para las presidenciales que es lo que está en juego.
Y muy reñidos van a estar esos comicios porque quien pretenda desde el centro y la izquierda vencer a Le Pen tiene que ser capaz de aglutinar a la izquierda y la derecha algo harto difícil para lo cual acaso Emmanuel Macron (llamado el Kennedy francés y asesor económico de François Hollande) o Alain Juppé hubiesen tenido más consenso que Fillon ahora envuelto en los escándalos financieros de su familia. Y al final tal vez representen a la derecha si Fillon cede. Posiblemente Juppé hubiese conseguido lo que Chirac en su día, sumar frente al padre de Marine Le Pen.  Valls sería una persona de más consenso para la derecha, porque Hamon es rechazado por ser del ala izquierda del socialismo francés. Por lo tanto para las elecciones del 7 de mayo las cosas están muy complicadas, tanto en la derecha como en la izquierda socialista, y las primarias recientemente celebradas a nada apuntan.
Los socialistas saben muy bien, y tal vez por eso la retirada de Hollande, que ninguna encuesta les da, hasta la fecha, el concurrir a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Y todo ello debido a la división interna en la que se ve inmerso hace tiempo el socialismo francés. En esta ocasión el ganador de las primarias lo fue por su propuesta innovadora de conceder a los mayores de 18 años 750 euros mensuales, el impuesto a los robots y nuevas tecnologías que restan puestos de trabajo, 32 horas de trabajo semanal, más funcionarios públicos, apertura al velo islámico y el burkini, apertura mayor de fronteras…
Por su parte, el laico socialdemócrata Manuel Valls, ex primer ministro, sostiene un mayor apoyo empresarial como medio de crear riqueza, fomentando el empleo y reduciendo el déficit y la deuda pública; gran apoyo a los refugiados a la vez que un mayor control de la inmigración ilegal. Una línea más acorde con Hollande y con las ideas que mantuvo al frente del ejecutivo que presidió.
En suma, lo que han demostrado estas primarias es que el socialismo francés, contagiado por el resto de Europa, se muestra dividido girando unos más a la izquierda y otros a un centro derecha o socialdemocracia más práctica. El mismo Valls nada claro tiene su voto para Hamon como ya lo ha manifestado.
Una vez analizados los resultados, los comentaristas políticos se debaten estos días en la incertidumbre admitiendo que va a ser muy difícil, primero, que nadie gane en la primera vuelta presidencial y en segundo lugar, lo que sería un duro golpe al socialismo, que ven muy lejos que éstos puedan pasar a una segunda vuelta a la que concurren los dos más votados. Con este panorama y el apoyo de EEUU, la formación ultraderechista de Le Pen tiene más cerca que nunca su llegada al Palacio del Elíseo, lo que supondría consecuencias difíciles de pronosticar para la Unión Europea.
 

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