Opinión

Hubo familias de diecisiete más dos

Leía este diario el miércoles pasado y me topé con un informe en estas páginas  con este sugestivo pero también desconsolador titular: “La natalidad en picado”. Y es que los indicadores del  Movimiento Nacional de la Población del primer semestre de 2016, difundidos por el Instituto Nacional de Estadística salen  negro donde tiene que ser blanco y viceversa tanto en Galicia como en España. La información  difundida por Atlántico, en estas páginas lleva otro mazazo en un subtítulo: “Baja en Galicia el número de nacimientos en el primer semestre de 2016. En Vigo y la provincia de Pontevedra hubo medio centenar  menos y peor saldo vegetativo”.
Empezaba  a decir que me topé, en el sentido de tropezarse con alguien y que es la acepción que le he dado siempre y en WerdReference.com, diccionario digital. Los cibernautas están a favor del verbo tropezar, pero no le da su bendición autoridad académica alguna. Decido consultar a la Real Academia Española, su Diccionario de Autoridades (1726-1939) y en la larga relación de palabras en su Lemario aparece topar pero no tropezar.  Debo entender que este verbo no es compatible con aquel y que el que sobra es tropezar.   
Esa deprimente realidad que es lo relativo a la natalidad en la España y la Galicia de hoy,  nos brinda un dato antiguo de décadas y aplastante.  Eran los últimos años del  franquismo y en O Porriño, a una quincena de kilómetros de Vigo, vivía un veterinario influyente en el Grupo Zeltia, el como veterinario mas vinculado al Matadero. Me refiero a Nicanor Ocampo, que junto con su esposa  trajeron 17 hijos al mundo,  la mayoría de ellos residentes ahora en O Porriño. Socorro Ocampo es hija de nuestro personaje y médica, a la que se concedió hace unos años el título de viguesa distinguida.  Ante la nutrida prole de Nicanor y Ángeles Cardalda, fueron acreedores a un Premio Nacional que según Abc  de 20 de marzo de 1966 el general Franco entregó la víspera a cuatro matrimonios de diversas provincias clasificados en primer  término entre los preseleccionados.
Después de conocer a Ocampo, en los sesenta y parte de los setenta coincidí con el varias veces con motivo de la visita de ministros, subsecretarios, etc. a alguna empresa del Grupo Zeltia. Incluso estuvimos en su casa,  un chalet  a la entrada del pueblo, situado junto a La Parada, por su cocina la conoceréis. Por entonces acompañaba servidor a Víctor de las Heras sénior, que representaba  al  desaparecido diario “El Pueblo Gallego” (1924-1979).  De las Heras hacía negocios publicitarios con directivos del  Grupo Zeltia, entre ellos Nicanor Ocampo y yo me encargaba  de hacer el texto.
El sábado, muy temprano me sorprendió nuestro periódico con el seguimiento del tema de la natalidad. El titular es expresivo: “La población de la provincia cae en 2016 al nivel de 2008”. Como complemento de lo escrito aquí el miércoles 14 de este mes, nos dicen: “Las provincias de Ourense y Lugo llevando cayendo (en población) desde finales del pasado siglo, la costa en cambio inició su decadencia en 1912”. Casi a renglón seguido, aunque la cita sea larga, es oportuno que todos los gobiernos de muchos años acá han carecido de  política demográfica.”A 1 de julio –se escribe en estas columnas, el territorio de Vigo y la provincia de Pontevedra tendría una población de 943.842 habitantes, lo que supone un descenso de 1.500 sobre el  1 de enero de este mismo año, en que se fijaron 945.355”.
Un desastre demográfico, un territorio con muy baja densidad de población, corre el riesgo de no ser competitivo. Si vamos al franquismo, volvemos al tiempo de los Ocampos, de los 17 hijos, producto de una política tan peligrosa como la contraria. En cuestiones de natalidad, es muy parecido quedarse corto o excederse.
Consultamos los datosmacro.com, con prestigio en este campo. Ofrece un cuadro desde 2015 con datos nacionales, Nos paramos a mitad de la estadística, en 1990, o sea descendiendo.  En estas fechas extremas los nacidos han sido en el primer caso 420.290 frente a los del noventa, 401.145. Creo que es un dato raro, que nos de mas natalicios, unos 19.000 mas en 2015. En tasa de natalidad, el año pasado estábamos en el 9,2 por mil y era del 21,70 por mil en 1960; esto parece mas coherente con lo que vivimos en nuestro entorno. Además de lo dicho por eldiario.es
Los demógrafos nos darán explicaciones científicas sobre el costalazo que se ha dado España en cuestión de natalidad, pero usted y yo podemos comentar lo que vemos.  La mayoría de los jóvenes cada día quieren menos responsabilidades y un niño les condiciona sus salidas nocturnas o de fin de semana, resulta caro ayudarle a crecer, con el cuesta mas trabajo acomodarse en un piso que se reduce  a los llamados estudios, que no  suelen superar los 20 metros cuadrados. 
Ayer  mismo por la tarde, cuando termino de escribir, leo en “Atlántico” unos datos del pasado reciente de Vigo, sobre natalidad, que son otro desastre mas. Pensar que aquí mismo, sir ir mas lejos, mi esposa tuvo cinco hijos entre 1964 y 1973, ¡que tiempos!
 

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