Sociedad

Francia amplía la vacunación infantil pese a las polémicas

Administración de la vacuna contra la poliomelites a un niño en Afganistán.
photo_camera Administración de la vacuna contra la poliomelites a un niño en Afganistán.

El Gobierno pasa de tres a once las obligatorias que deben recibir los niños para ir a guarderías o escuelas

n n n Los niños nacidos a partir de ayer en Francia tendrán que recibir once vacunas de forma obligatoria, y no tres como hasta ahora, para ser admitidos en la guardería o en la escuela, una medida decidida ante las reticencias a esta profilaxis en el país, de una magnitud inédita en el mundo.
La ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, fue la encargada de formalizar esta imposición, que pretende ampliar la generalización de esas once vacunas, con las que actualmente están cubiertos el 70 por ciento de los niños del país. Se trata de la tos ferina, la "haemophilus influenzae", la hepatitis B, el neumococo, la meningitis, el sarampión, las paperas y la rubeola, que se suman a la difteria, el tétanos y la poliomielitis, que ya eran imperativas.
"No me gusta imponer obligaciones, no va con mi temperamento, pero con la vacunación se justifica", señaló Agnès Buzyn, que en cualquier caso no ha incorporado un dispositivo represivo específico para los padres incumplidores de la norma, más allá de advertirles de que no podrán inscribir a sus hijos en las guarderías, las escuelas o las colonias de vacaciones, sean públicas o privadas. "Me parece que es suficiente como sanción -reconoció la ministra-. No es necesario añadir una sanción penal o financiera".
En teoría, el Código Penal prevé hasta dos años de cárcel y 30.000 euros de multa para los padres que eluden, sin motivo legítimo, sus obligaciones para con la salud de sus hijos, aunque las condenas son rarísimas. Los controles comenzarán el 1 de junio.

respuesta al escepticismo
Fue el primer ministro, Edouard Philippe, quien el 4 de julio pasado en su discurso de política general tras asumir el puesto, anunció este giro en vacunación de los niños como una respuesta al escepticismo ambiente, y lo asentó en razones sanitarias.
"Hay enfermedades que se creían erradicadas y que se desarrollan de nuevo en nuestro territorio. Hay niños que mueren de sarampión actualmente en Francia. No es admisible en la patria de Pasteur", dijo en alusión al científico y padre de varias vacunas.
Según un estudio internacional realizado en 67 países y publicado en 2016 por la revista "EBioMedicine", Francia era el país donde una mayor proporción de la población creía que las vacunas no son seguras, en concreto un 41 por ciento de los encuestados.
Ese mismo año, una encuesta oficial ponía en evidencia que un 24,7 por ciento de los franceses no eran favorables a las vacunas, frente al 8,5 por ciento en 2000.
El cambio de la normativa en Francia vino prácticamente impuesto por un dictamen del Consejo de Estado, que el pasado 8 de febrero había dado un plazo de seis meses al Ejecutivo para clarificar su política sobre las vacunas, al abordar un procedimiento abierto por una denuncia de una asociación que promociona las "medicinas naturales".
La más alta instancia de contenciosos administrativos consideró que o bien se ampliaba el campo de las vacunas obligatorias para los niños de menos de 18 meses o se tendría que ofrecer la posibilidad de vacunas separadas para cada enfermedad, algo que no es posible para varias de ellas.

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