Xornal escolar

La Escuela Mi Primer Paso apuesta por una educación positiva, innovadora y de calidad

Cuentacuentos, actividad en familia.
photo_camera Cuentacuentos, actividad en familia.

Para las responsables de Mi Primer Paso es primordial crear un clima de afecto, confianza y seguridad que permita a sus alumnos/as desarrollarse como personas ya que esta etapa es la más importante para comenzar a estimular todas las áreas de su desarrollo. Su trabajo se centra en el desarrollo de su autonomía, el conocimiento progresivo de su propio cuerpo, el juego, el lenguaje, el movimiento, la convivencia con los demás, el descubrimiento de entorno, el desarrollo de sus capacidades sensoriales y afectivas, todo ello a través del juego, un elemento esencial para el desarrollo infantil. Se apoyan en diferentes pedagogías activas como Waldorf y Montessori y otros recursos más específicos como los apoyos visuales, juego heurístico o la lengua de signos, que han  incorporado en este curso escolar.   En su compromiso con la excelencia, tanto con una educación positiva, innovadora de calidad y con una fuerte carga ética, pretenden ser reflejo de la sociedad que quieren desde un punto de vista tolerante y respetuoso. Durante el curso escolar realizan diversas actividades dirigidas a que los alumnos/as adquieran respeto a las personas mayores, hombres y mujeres, cuidado del medio ambiente… y que se ejemplifica en sus programaciones como las salidas al Centro de Día de Tomiño, empleo de materiales no sexistas o el proyecto “Mi Primer Paso Mi Primera Huella” que podéis ver en su página de Facebook. Por otro lado realizan semanas temáticas como “Viviendo con música”, “Cuéntame un cuento”... que les ayudan a hacer más significativo el aprendizaje. Estas semanas son uno de los recursos favoritos de los alumnos, confeccionan instrumentos con sus familias, traen sus cuentos favoritos y otrs actividades compartidas con sus familias. 
Diversidad
Desde una perspectiva plural e inclusiva, la escuela quiere ser reflejo de una sociedad diversa.  El respeto por los ritmos madurativos y las características socioculturales de cada alumno/a y su familia es para la escuela una prioridad.   Para ello, cuentan con profesionales con formación y experiencia en atención a la diversidad, que personalizan la intervención poniendo el foco tanto en la persona como en el contexto que le rodea.  Realizan intervenciones individualizadas en función a cada caso, colaborando tanto con las familias como con recursos externos (gabinetes, servicios sociales…). Entienden que cada niño/a aprende de maneras diferentes y que esta diversidad nos enriquece. 
Atención a las familias
Desde la escuela entienden la importancia de la relación familia–escuela como vínculo estratégico que apoya el desarrollo de los niños/as, respondiendo a la vez a las necesidades de los padres/madres/tutores legales en la crianza y en la conciliación de la vida laboral.  Desde la cercanía y la confianza las profesionales que trabajan en la escuela prestan apoyo en superar las diversas etapas propias de estas edades, control de esfínteres, introducción de alimentos, gestión de conflictos; acompañando a la familia a través de pautas y estrategias, transmitidas de manera personal en las tutorías o a través de la Escuela de Familias, impartidas por las profesionales del centro o profesionales externos con temáticas que van desde la gestión emocional de las rabietas, la llegada de un hermanito, primeros auxilios en casa o trastornos del sueño. A través de  un horario flexible y personalizado  se adaptan a cada caso, incidiendo además en la generalización de los aprendizajes al hogar a través de material específico que envían cada trimestre como el libro sensorial, cubos de actividades, caja de las emociones… para extender la intervención fuera de los límites de la escuela, sin olvidarse de dos de los pilares más importantes en esta etapa, las rutinas y la autonomía.  
Esta conexión entre contexto escolar y familiar se refuerza además con actividades como la excursión de fin de curso, compartida con familias y docentes, talleres específicos para cada etapa, sesiones de cuentacuentos fuera del horario lectivo que fomentan compartir momentos, afianzar relaciones denotando la idea de una escuela abierta a las familias.  Y como máxima que está presente cada día en las aulas de la escuela: “La educación no cambia el mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo”  Paulo Freire .
 

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