MARÍA SOLIÑO Escritora, presentó su ópera prima “Cuando deje de llover”

“Escribir erotismo me dio un poco de vergüenza, pero la reacción fue tan positiva que se me pasó”

María Soliño, ayer.
photo_camera María Soliño, ayer.

Con un nombre lleno de “meigallo”, María Soliño, trabajadora social de 45 años y vecina de O Calvario, presentó ayer su primera novela “Cuando deje de llover”. Lo hizo en Librouro, donde se encuentra a la venta. De ella habló para los lectores de Atlántico.


Esta es su ópera prima en literatura, ¿cómo surge? 
Nunca había escrito nada antes. Fue algo raro, como una inquietud. Necesitaba escribir la historia de Marina, una mujer de 46 años, con la que cualquiera puede sentirse identificada. Por mi profesión, en la que trabajo en igualdad, quería que sirviese para empoderar a la mujer. En el sexo y en la infidelidad siempre se nos juzga diferente a ellos. Mi protagonista es  una profesional de éxito, feliz en su matrimonio. Su marido es de diez, pero se cruza con otro hombre diez. Haga lo que haga va a tener consecuencias.
Para estrenarse como escritora eligió el género erótico. ¿No es una apuesta arriesgada?
Escribir erotismo me dio un poco de vergüenza, pero la reacción de la gente fue tan positiva que se me pasó. En teoría es un libro para mujeres, pero me sorprende la aceptación que tiene en los hombres, les interesa entender cómo disfrutamos. Hubo quien me dijo que no sería capaz de escribir esas escenas de sexo tan explícito, pero yo no soy capaz de no escribirlas. Son necesarias para entender cómo una mujer que lo tiene todo lo arriesga. Es la cuestión clásica, ¿se puede querer a dos personas al mismo tiempo?, solo que en esta novela ella es la que protagoniza y ellos, los “sufridores”, los dos, hombres ‘top’. Conscientemente Marina tiene 46 años, porque no solo las jovencitas tienen sexo, las que pasamos de los 40 también estamos aquí.
Afirma que la reacción social es severa con su comportamiento, ¿pero cómo lo asume ella?
Marina tiene muchos prejuicios. Está sometida a una tortura por el sentimiento de culpabilidad que le atrapa y la frena, pero puede más su actitud como mujer libre. Está en una montaña rusa.

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