Opinión

Engaño en la calidad de la cocaína

Pues, dilecta leyente, quizá le parezca insólito que un andoba se presente en una Comisaría para denunciar que le engañaron en la calidad de la cocaína y le había sentado mal. A mí me recuerda a aquel que quería denunciar a una prostituta porque no había logrado eyacular y la meretriz se negaba a devolverle el dinero que había pagado por el “servicio”.
Pero lo cierto es que la denuncia del drogota tiene su encaje legal, aunque con matizaciones; por ejemplo no puede exigir la devolución del parné, que junto con la droga que se pudiera aprehender caería en comiso.
De ser cierta la denuncia, el vendedor incurriría en un delito contra la salud pública y no en estafa, porque no se trata de un delito contra el patrimonio, por mucha que sea la guita que se mueva en estos bisnes, aunque la multa añadida a la pena de prisión sí sea proporcional al beneficio económico obtenido.
Admitida la denuncia, la bofia habrá intentado localizar al trapichero, que para eso el denunciante dio toda clase de señas, incluso donde trabajaba de camarero, vamos que sólo le faltó indicar si tenía alguna verruga en sus partes íntimas, Una vez localizado e identificado, se le cachearía superficialmente y se le registraría la ropa y el vehículo donde, en su caso, pudiera trasportar la “farlopa”, procediendo en consecuencia. Detenido, se le ficharía, haciéndole “tocar el piano”, comprobando si es un traficante habitual u otro “matao” que vende para conseguir las dosis para su consumo. Respecto a la droga se la pasaría por el drogatest y si diera positivo se remitiría a Sanidad para su análisis, remitiéndose lo actuado al Juzgado.
Hay que tener presente que la cocaína está considerada droga dura o en términos legales “de las que causen grave daño a la salud” y la pena puede llegar a los 6 años de talego, pero si además la droga se vendió en el establecimiento, la pena aumenta significativamente y con “consecuencias accesorias”.
Cabe decir que si el “perico” llegó a causar lesiones, habría un concurso con este delito. Lo que se hubiera evitado con las “salas de acogida y venopunción higiénica” del ínclito Gallardón.
Respecto al drogata, si la denuncia es falsa estaríamos ante un delito de Acusación y Denuncia Falsa y no de Simulación de Delito, pero de no ser así solo incurriría en una infracción administrativa si la droga era para su propio consumo o lo llevara a cabo en la vía pública.
En fin, dilecta, que no se sabe que será peor, que te den una droga adulterada (dependiendo de la mezcla) o en tal estado de pureza que el waltrapas no aguante el “subidón”.
 

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