Opinión

El bipolar

Soy un facha: Me gusta España. Me siento orgulloso de su historia. Creo que nuestro país no es una dictadura. Me aterroriza el marxismo. No me agrada el caos ni las revueltas callejeras. Considero que la calle no es de nadie, es de todos. Considero imprescindible la familia. No me entusiasma el aborto. Me horripila la gestación subrogada. Soy patriota. Soy monárquico. Me gusta la bandera roja y gualda. Me gusta el vino. Me gusta cederle el paso a las señoras. Admiro el arte del toreo. Me gustan los hombres valientes, y las mujeres femeninas. Tengo un reloj de oro, y otro de titanio. Me encantan los coches deportivos. Voy a las fiestas patronales de mi pueblo, asisto a la procesión y doy limosna para el culto. No tengo Facebook, ni Twitter, ni creo en la veracidad de las redes sociales. Me flipan los aviones de caza, los helicópteros de rescate, la cabra de la legión, y me emociono viendo el desfile de la Victoria. Detesto a los maestros que adoctrinan a sus alumnos. Prefiero los libros de habla hispana a la literatura traducida. Considero que la “industria” del cine, subvencionada, debería considerarse una ONG. No me fío de los sindicatos mayoritarios. Opino que no todas las opiniones son respetables. Creo que “un hombre un voto” es una aberración totalitaria.
 Y soy un antisistema:
 No soy españolista. No soy patriotista. No soy xenófobo. No me gusta el fútbol, ni la caza, ni la muerte de los toros. No me gustan los que mandan. No voto. Creo que la calle es de todos, no es de nadie; estoy a favor del escrache a los políticos. Creo que el rey –porque no todo el mundo puede ser rey- no puede ser igual que todo el mundo; tiene que tener una conducta irreprochable. Respeto la opción sexual de todo bicho copulante, excepto la de los pedófilos. Me gusta la bandera LGTB del arco iris. Me gustan los hombres sensibles, y las mujeres decididas. No creo en un dios que no conozco. No creo en las religiones que conozco. Aborrezco a los curas que hacen proselitismo político. Creo que hay que respetar a las minorías. Tengo un reloj de sol, y otro de arena. Disfruto andando en bicicleta. Llevo mochila. No uso corbata. Odio la guerra. Me encantan las cervezas artesanas. En lo social, me confieso comunista. Abogo por la igualdad en cuanto al género. Creo que la mujer es dueña y señora de su cuerpo. Hablo dos lenguas; pienso que eso no empobrece a nadie, que lo que empobrece es el pensamiento excluyente. Considero necesario subvencionar la cultura. Creo que hay que escuchar la opinión de todo el mundo. Convengo en que Franco fue un dictador, se perpetuó en el poder, conculcó las libertades, firmó sentencias de muerte; es el “nunca máis” de todos los Prestige, de todos los incendios, de todos los gallegos. Y, otrosí digo, la politización de las televisiones públicas debería ser delito.
 Puede que esté fuera de lugar en mi país.
 Puede que sea bipolar en lo político.
 Pero estoy en paz conmigo mismo.

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