Opinión

el agua, ese filón

Lo peor de la sequía ha pasado y la mejor prueba es la imagen que ayer publicaba este diario del embalse de Eiras desaguando a toda potencia para mantener su nivel por debajo del 85 por ciento. Podría estar ya al cien, pero Augas de Galicia mantiene una reserva del 15 por ciento en invierno en previsión de que una sucesión de borrascas pueda desbordar la presa. Hace tan sólo 15 días Vigo estaba al límite de entrar en restricciones, con Eiras en el 37 por ciento y si el fantasma ha pasado es gracias a la previsión de construir el embalse en Fornelos, una de las zonas donde más llueve en España. Estos días cayeron sobre Vigo 150 litros, menos de la mitad de los casi 400 que se recogieron en el vecino ayuntamiento debido a un fenómeno constatado: la colisión de vientos de las rías en los montes provocan lluvias torrecenciales. 
Eiras está a plena capacidad y Vigo y su área tendrán agua para seis meses por lo menos, pero antes o después -probablemente antes- se repetirá la sequía. Es la segunda vez en la segunda década del siglo XXI. En 2011 fue casi igual de grave y también se comenzó a plantear la construcción de un trasvase. Ahora, pese a las lluvias, hay que ponerse a ello y ya hay un plan y presupuesto para trazar una tubería desde el Verdugo a Eiras que permitirá soluciones de emergencia y repartir mejor el agua cuando escasea. Galicia tiene  que acostumbrarse a que como con Dylan, los tiempos están cambiando, en este caso el mucho más prosaico meteorológico. Y de construir una nueva presa, ni pensarlo: la legión del “no” se alzaría con una sola voz. Me lo estoy imaginando y no al alcalde de Pontecaldelas, trabajador en PSA en Vigo, que ha encontrado en el agua un filón populista para revalidar. Continuará...

Te puede interesar