Opinión

Diana: ¿Volver al “dulce” hogar?

Pues, dilecta leyente, como le decía en un artículo anterior, sobre la desaparición de Diana Quer, hay tantas posibilidades de que la “evanescencia” sea voluntaria como forzada; por tanto hay tantos argumentos para defender una como otra teoría.
Así, a favor de la desaparición voluntaria: Tanto el mal ambiente familiar con continuas bullas (al parecer, se veía obligada a tomar tranquilizantes), que solían desembocar en la necesidad de asistencia médica, como las amenazas constantes de irse de casa: Ya a los 17 años publicó en twitter: “Qué bien me vendría desaparecer una temporadita”, y, por último, la existencia de testigos que manifiestan haberla visto paseando tranquilamente por distintas ciudades (esperamos que, desgraciadamente, no ocurra como en otros casos).
Pues bien, ahora es mayor de edad y ya puede “desaparecer”; esperemos que, efectivamente, sea por una “temporadita”, si es que su tocata y fuga, solo tiene el fin de darle un escarmiento a los padres. Todo ello, sin olvidar que una desaparición voluntaria se puede convertir en desaparición forzada. ¡Confiemos en que sepa defenderse como la diosa griega que rememora su nombre, a la que el mismo Júpiter armó con arco y flechas!
Posteriormente, la directora y presentadora del programa, Fernanda Tabarés, escribió un artículo relacionado con el tema bajo el título de “La guerra de los Quer”, parodiando, supongo, el argumento de la película estadounidense, de 1989, “La guerra de los Rose”, resaltando como en unos momentos tan trágicos, en vez de demostrar unidad, ambos progenitores se tiraban a degüello. Otros periodistas sacaban a la luz los trapos sucios de la familia y la existencia de un divorcio traumático con efectos colaterales. Y es que muchas familias que no logran mantener un equilibrio emocional en sus miembros provocan diversas reacciones. Desafortunadamente, muchos padres de familia piensan que sus hijos no se dan cuenta de lo que sucede y que, por tanto, no les afecta, cuando en realidad no sucede así, ya que aquéllos van buscando la manera de decir que están ahí, que sienten y que también importan; por lo general, dicha manera suele presentarse negativamente, con conductas totalmente diferentes a las adecuadas. Por otra parte, hay dos comportamientos que se suelen dar entre hermanos, que los padres deben tener en cuenta, cuales son los celos y las agresiones.
¿Tal vez Diana no le perdonó a uno de sus padres la supuesta infidelidad, que considera culpable de la ruptura de la vida familiar? Si es así, alguien debería decirle que la infidelidad es solo el resultado y no el origen de la crisis de la pareja. 
En cualquier caso, si las cosas son como se dicen, quizá Diana  no esté muy animada a volver al  “mefistofélico” hogar.
 

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