Cartas al director

denuncia del club alejandro gómez-purina sobre unos cazadores

 Mientras disfrutábamos del deporte y de la compañía de nuestros compañeros de 4 patas, porque para nosotros son mucho más que una mera herramienta, somos un equipo (hombre/canino) y como tal, defendemos su bienestar y no vamos a permitir ni que los apunten con una escopeta de caza ni que nos amenacen con tiros, porque esto no es el oeste, hay una legislación y, en los montes hay lugar para todos, si tenemos sentido común:
Hoy, un jueves como otro cualquiera, lo que iba a ser una mañana de deporte, perros, naturaleza y disfrute, se torció en un segundo por un encontronazo casual con unos cazadores.
Éstos iban acompañados con 12 perros sueltos, y no contentos por el hecho de que casi nos vamos al suelo mientras practicábamos Bikejoring, empezaron a insultarnos e incluso uno de ellos apuntó a uno de nuestros perros con su escopeta (supuestamente automática).
Esa fe su excusa minutos más tarde, cuando acudimos al lugar donde estaban, a recriminarles su actitud "es que era automática"...
Una actitud, provocadora, desafiante, intimidatoria e inaceptable...
Lo que colmó el vaso fue cuando otro cazador, que apareció diciendo ser el presidente del coto de caza se aproximó a la pista central donde nos hallábamos, empezó a intentar apaciguar los ánimos y hasta parecía educado tratándonos de usted, en  ese momento un compañero le quiso explicar un caso práctico:
-"Imagínese que vengo con mi bicicleta, mi perro sujeto por su arnés y linea de tiro entrenando y, de repente, me saltan tres o cuatro perros a atacar al mío (no sería la primera vez, aunque no en este mismo sitio) ¿yo que debería hacer? Soltar a mi perro cuanto antes para que se defienda al menos".
-"Le pego un tiro". (Me contestó el individuo).
-"¿Cómo dice?"
-"Qué sí, que si sueltas al perro le pego un tiro" (volvió a repetir).
La verdad es que no sé cómo nos pudimos contener al escuchar tal cosas y, por suerte y a pesar de la tensión vivida, la barbaridad de cosas que tuvimos que oír, los insultos varios y los malos modales, la cosa no fue a más y no pasó nada.
Cabe reseñar también que entre estos señores se encontraba el padre de un chico que practica nuestro mismo deporte, por lo cual se nos hace todavía más incomprensible la forma de actuar.