Opinión

Un delegado del Gobierno que no cumple la Ley

Que el jefe de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado sea sorprendido colaborando con una actividad (la venta de productos falsificados) que es un delito, aunque sea como comprador, y no sea inmediatamente cesado es una burla a los ciudadanos y una prueba, si no ocurre de inmediato, de que el PP no tiene el menor propósito de enmienda en cuanto a reprimir las conductas ilegales e inmorales de sus militantes, cuadros y dirigentes.
Como es sabido, delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, fue sorprendido, de modo incuestionable comprando junto a familiares un cd musical en el top manta. Pero Urquijo tiene precisamente a su cargo erradicar toda conducta delictiva dentro del ámbito de su jurisdicción. La foto no deja lugar a la consumación del acto, si bien es su mujer la que realiza la compra ilegal, mientras su marido mira sin decir nada.
Pero lo más insólita es la explicación, ya que, tras ser preguntado sobre el caso por el periódico que lo descubrió, Urquijo dice que “esa situación forma parte de su vida privada porque estaba junto a su familia y no actuando como delegado del Gobierno”.
Es decir, que no considera que en su vida privada deba respetar y hacer respetar la ley como en la pública. Ignora que los cargos públicos deben tener el techo de cristal y responder en todo momento de sus actos, como dicen los británicos, porque “el peso de la púrpura”, que tantos privilegios conlleva, exige que los políticos se esmeren en el cumplimiento de las leyes, sea de manera pública o privada.
Este caballero no sólo no se arrepiente, sino que ataca y se defiende diciendo que la citada información, de un hecho cierto, “solo busca hacer daño personal y político, es una utilización de un asunto privado para atacarme políticamente, lo cual es indignante y una bajeza”.O sea, que ni siquiera se disculpa o avergüenza. ¿Con qué moral va a hacer que la ley contra la piratería se cumpla en su jurisdicción si él es el primero en vulnerarla?
Urquijo es graduado social y debe saber algo de Derecho. Las normas obligan a todos y están para ser cumplidas. Ha sido diputado, o sea, hacedor de leyes. En fin, una prueba más de la clase de tropa que se alista en la derecha. Pudo decir que fue un error, que lo lamenta; pero perseverar en la conducta como si no fuera lo que es todavía empeora el caso y denota que en el PP no anida el propósito de enmienda luego de las rapiña y la desvergüenza cometidas bajo o al amparo de sus siglas.
 

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