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De la canasta... al fútbol

Martínez Vaqueiro, ejerciendo de traductor tras un partido del Bilbao en Oporto. Valverde, su técnico.
photo_camera Martínez Vaqueiro, ejerciendo de traductor tras un partido del Bilbao en Oporto. Valverde, su técnico.

nnn Martínez Vaqueiro no tiene sobrenombre adjudicado en Portugal, donde rside desde 2004. Si acaso "español" y gracias. "Me llaman mucho 'español' y yo digo siempre 'gallego'. Se ríen porque cuando hablo portugués tengo acento español y cuando hablo español tengo acento portugués. Hago una mezcla. Pero me respetan", dice. 
Su trayectoria es una continua apuesta. Saltó de Vigo a Ílhavo porque el Seis do Nadal jugaba en Portugal varios torneos y el club Gafanha lo tentó. Iba a coordinar la entidad y dirigir al equipo profesional femenino, de máxima categoría, pero al final ese segundo paso tardó un tiempo. "Estuve en Gafanha ocho años. Intenté hacer como en Vigo. Daba apoyo a muchas áreas: márketing, eventos, parte jurídica... Me rodeé de padres interesantes, como en Vigo: comerciales que me ayudaban con las empresas, de otros que tenían amigos en la prensa de Aveiro, en la cámara municipal… Creas un equipo de gente. Si no, tú solo no consigues nada".
Casi al final de la temporada 11/12, un entrenador que trabajó con él en Gafanha de Nazaré, Fernando Santos, fichaba en el  Oporto -ahora es el actual director del área deportiva de las modalidades (hockey sobre patines, balonmano y baloncesto)-. "Él sabe que va a haber un cambio en las modalidades y me llaman". La idea era copiar el modelo del fútbol (la marca Dragon Force) en todas las secciones deportivas "y fui invitado para eso. Tuve dos entrevistas, una con el área deportiva y otra con el área jurídica para decidir el contrato". Ahora posee un contrato laboral fijo en el organigrama portista. "De repente me vi como coordinador de cantera del FC Porto, que es el Barça de Portugal. Era una buena oportunidad para crecer". 
Antes, Manuel Povea, técnico del Gestibérica Vigo (LEB Plata 08/09 y LEB Oro 09/10), lo tentó "para ver si volvía para Vigo como coordinador. Pero ya estaba enfocado para aquí. Pasa no solo en Vigo, sino en todas las ciudades: normalmente la gente de la casa no es valorada. Se valora más lo de fuera y después lloramos cuando la gente se va".
Con una hija (Maria, sin tilde) de su pareja Marlene, Carlos es un caso especial de cómo llegar al fútbol desde un banquillo de baloncesto. Y triunfar. n

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