Opinión

cuestión de planes

La Autoridad Portuaria ha reaccionado con rapidez a la anulación por el Tribunal supremo -por otra parte cantada pese al recurso de casación de Puertos del Estado- de la Delimitación de Espacios y Usos, y acaba de poner en marcha el proceso de licitación del nuevo documento de ordenación. Y al mismo tiempo, también ha decidido no perder el tiempo y renovar el Plan Especial vigente (PEP), de 1998, que viene a ser el equivalente del Plan General de un municipio, pero referido a la jurisdicción de los muelles y sus espacios anexos. No va a ser rápido y habrá que esperar tres años para que el Puerto disponga de las nuevas normas de planificación, pero hay que anotar la agilidad portuaria, que no se ha andado con rodeos. Recordemos: también el Tribunal Supremo anuló el Plan General de Vigo y tuvieron que pasar tres años hasta la adjudicación de los trabajos. Aún harán falta otros dos o quizá más para que la Muy Leal disponga de un instrumento imprescindible para garantizar la construcción de viviendas, la instalación de empresas o grandes obras públicas, como la estación de buses y trenes de Thom Mayne, salvada gracias a una ley a la carta que por eso se la conoce con el nombre de esta ciudad. 
Sin Plan Especial el Puerto lo iba a pasar muy mal y con ello la totalidad de empresas que utilizan la terminal y por tanto la ciudad. Sin Plan General, Vigo puede ir tirando, pero mal, como señalan las cifras de evolución de la construcción. PEP y PGOM, engorrosos documentos, vienen a ser como la Constitución del Puerto y del urbanismo vigués. Solo que la Constitución se elaboró y aprobó en tan sólo doce meses. Continuará...

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