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La crisis en Vulcano se aviva con un ERE en la naviera para la que trabaja

El ferri está prácticamente acabado y los trabajadores del astillero están haciendo labores de mantenimiento.
photo_camera El ferri está prácticamente acabado y los trabajadores del astillero están haciendo labores de mantenimiento.

El astillero vigués espera una respuesta de la banca y el armador sobre el ferri, que debería llegar antes del día 15

 Vulcano aviva su crítica situación tras conocerse que la naviera para la que trabaja, Armas, quiere reducir plantilla al entrar en pérdidas tras la compra de Trasmediterránea. Es para esta empresa filial del Grupo Armas para la que el astillero vigués está construyendo un barco, el ferri que tiene en sus instalaciones de Teis desde hace años y cuyo futuro sigue siendo muy incierto. 
Vulcano está a la espera de que Banco Santander -que es el propietario del buque- y la armadora den respuesta al plan de trabajo que presentó el astillero para acabar el barco, algo que debería producirse en los próximos días ya que si el 15 de enero el ferri no ha sido entregado, Trasmediterránea podría renunciar al mismo sin ser penalizada, tal y como recoge el contrato y según pudo saber este diario. 

Todo apunta a que ambas partes darán el visto bueno al 'planning' del astillero y a partir de ese momento se abriría un plazo de 40 días para acabar el barco. La decisión está en manos del Santander, que debe desbloquear 15 millones, de los cuales 10 sería para pagar a los proveedores. La entidad también se comprometió en diciembre a que abonaría las nóminas pendientes de la plantilla, si bien por el momento no lo ha hecho. "Llevamos casi un mes sin saber absolutamente nada", indica Nicolás Sangabriel, presidente del comité de empresa. 
En caso de salir adelante el proyecto, Vulcano vería aliviada su situación económica y ganaría tiempo para sacar adelante nuevos contratos que le permitan mantener la actividad y evitar la liquidación. Un pedido que ve cada vez más cerca es el de la construcción de varios bloques de acero para Astilleros de Viana, que ha pedido presupuesto a la factoría viguesa y que supondría carga de trabajo para varios meses. 
Vulcano esquivó la liquidación el pasado diciembre tras llegar a un acuerdo 'in extremis' con la banca y a la armadora, que acordó mantener el contrato con el apoyo de la Xunta, Pymar y el comité. La situación se complica ahora ya que Armas anunció hace unos días a los sindicatos su intención de aplicar un ERE y reestructurar el  grupo, alegando los resultados económicos negativos registrados en 2018 y que achaca a la compra de Trasmediterránea en 2017, según informó CC OO.
No es la primera vez que Vulcano está en la cuerda floja. En 2011 entró en concurso de acreedores y en 2012 logró salvarse de la quiebra tras perdonarle Pymar (pequeños y medianos astilleros privados) 48 millones, el 80% de la deuda que contraía. Desde entonces sólo tuvo un contrato en cuanto a construcción de barcos, el ferri, que ni siquiera fue una obra completa de la factoría viguesa ya que lo heredó a medio construir de la extinta Astilleros de Sevilla. El buque estuvo más de tras años parado en las gradas de Vulcano hasta que en 2017 llegó a un acuerdo con Trasmediterránea para su finalización y que todavía hoy sigue sin acabarse. La plantilla está haciendo labores de mantenimiento para que no estropee y sólo quedarían retoques de pintura y puesta a punto cuando el Santander dé el OK.n

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