IAGO ASPAS. Delantero del Celta

"Sé lo que me costó entrar en la selección como para tirarlo ahora"

Iago Aspas, en las instalaciones deportivas de A Madroa.
photo_camera Iago Aspas, en las instalaciones deportivas de A Madroa.

Iago Aspas Juncal (Moaña, 1997) convive con naturalidad con la exigencia máxima.

En medio de la borrasca por su tarjeta amarilla no perdonada, analiza al equipo, cedería gustoso el cetro de pichichi del equipo a Maxi Gómez si hay clasificación europea y, cada vez más asentado en la selección, sueña despierto con el Mundial de Rusia.

¿Se siente perseguido por los árbitros?
No, perseguido no. Ya nos pronunciamos tanto el club como yo. Vamos a ver qué pasa con el último recurso. Nosotros creemos en mi inocencia. A veces depende todo de cómo se interpretan los términos. Pero no queremos darle más vueltas y pensar ya en el partido. Más allá de que sea la primera amarilla, que no supone apenas nada.

¿Otro recurso? (Le aclaran desde el club que no lo ha habido)
Ah, eso no lo sabía yo.  

Más allá de esta acción puntual, ¿cuál es su relación con los árbitros? Porque  habla mucho en el campo. ¿Cree que entienden su forma de ser?
Supongo que no será fácil de entender a 22 futbolistas. Mi relación ha mejorado, sobre todo por mi carácter en los últimos años.

O sea, que es buena.
Yo creo que sí.

Fuera del campo, ¿habla con ellos?
Sí, cuando me cuadra sí. Con unos tengo más feeling que con otros, igual que pasa en cualquier otro orden.

Es decir, que no considera que le pase factura su actitud.
No, yo creo que no.


¿Tiene el equipo ya interiorizado el sistema de Unzué y cree en él?
Sí, claro. Llevamos ya dos meses de trabajo y esto llevará tiempo, porque no pasa de un día para otro. Pero ya viendo el fútbol que desplegamos el otro día, el equipo va mejorando partidos a partido y esperamos ir despegando y haciéndolo mejor.

¿Cambia mucho la función de cada jugador respecto a la pasada temporada? ¿Cambia mucho la suya en concreto?
Son matices que hay que aplicar sobre el terreno de juego. No sólo yo, sino muchos otros compañeros. Veníamos de tres años, bueno yo dos, trabajando de una manera diferente y es normal que haya matices.

Al principio de este verano le escuché decir que el Celta estaba en el momento de realizar una apuesta fuerte, dada la posición sólida de la entidad. ¿Cree que se ha hecho?
Sí. Porque hemos contratado grandes jugadores y también jóvenes que van a dar mucho al club.

¿Pero ya en el presente? Porque de sus palabras se deducía que quería un equipo para competir ya en ese segundo peldaño de la Liga.
Hombre, si tuviéramos más dinero podríamos fichar a mejores jugadores. Pero bueno, a veces no es fácil. Sobre todo, visto lo que pasó este año con el mercado. Se infló muchísimo y para los equipos de zona media y baja era más difícil fichar. Al Madrid, al Barça o al Atlético si les piden 50 millones los pueden soltar. Para el Celta, lo que pase de 5 o de 10 duele mucho, por así decirlo. Y más teniendo la experiencia de hace unos años con lo que pasó.

¿Considera entonces que pagar, por ejemplo, 13 millones por Emre Mor es esa puesta muy fuerte?
Sí, sobre todo viendo el valor que trae el futbolista. Con el tiempo veremos si los vale o no.

Se han producido hasta 14 salidas este verano. ¿No es peligroso que se haya quedado una plantilla corta con sólo 17 jugadores de campo?
No. Ya antes de ir a Europa teníamos una plantilla muy parecida y nos fue bastante bien. Sobre todo para tener a todos los jugadores enchufados.

¿Se sienten así todos más protagonistas?
Sí. Sobre todo porque el año pasado teníamos más competiciones y muchísimos más partidos y era normal tener más futbolistas.

¿Y si llegan las lesiones?
No hay problema porque somos bastantes compañeros. Somos 20 y además tenemos a gente como Pampín, Brais o Alende que están casi todos los días con nosotros. Éste es un club de cantera y tendrá que apostar por los jugadores que van saliendo.

En el diseño de la plantilla, llama la atención que sólo haya dos laterales puros, como son Hugo Mallo y Jonny Castro.
Pero también son futbolistas que el año pasado jugaron 50 partidos cada uno. Y para jugar 4 o 5, Roncaglia el año pasado lo ha hecho varias veces. También a Pampín se le está dando la oportunidad de ir aprendiendo, aunque sea muy joven.

Hablábamos antes de Mor. Ha generado mucha expectación. ¿Es para tanto?
Sí, claro. Por supuesto. Es un grandísimo futbolista. Con el paso del tiempo se irá aclimatando, cogiendo el idioma y el estilo de juego del equipo irá a mejor.

Otra de las novedades. Maxi llegó siendo un desconocido desde Uruguay y en sus primeros partidos marca cuatro goles. ¿También le ha sorprendido a usted?
Desde luego que sorprende. Sobre todo por la rápida aclimatación. No es fácil llegar de Uruguay a Europa, a una liga como la española, y marcar tantos goles en tan pocos partidos.

¿Qué tiene Maxi?
Pues gol.

Algo más...
Claro. Es un jugador aguerrido, fuerte, que nos da muchísimo. Sobre todo, cuando estamos un poco más ahogados al poder luchar esos balones de espaldas.

¿Un duro rival para usted para ser el máximo goleador del equipo?
Por mí que marque el mayor número de goles posible porque va a ser bueno para el equipo.

¿No le importaría ceder ese cetro?
No, claro. Nunca me ha importado. Siempre busco lo mejor para el equipo. Yo lo que quiero es volver a Europa y si marca 50 goles pues me alegraré muchísimo por él.


¿Le llena tanto dar una asistencia como marcar un gol?
A mí sí. Sobre todo porque no siempre he sido delantero. He jugado de segunda punta, en banda, de todo un poco... Sí que es verdad que en los últimos años he jugado más de delantero y mis números se han incrementado. Pero también me llena dar un pase de gol.

Uno de los cambios tácticos con Unzué que le afectan directamente es el paso al 4-4-2 en fase defensiva, lo que le libera del trabajo de bajar la banda. ¿Lo agradece, se siente más liberado para llegar?
Sí porque estoy más cerca del área. Hemos hecho modificaciones en el equipo respecto al año pasado y se irá viendo la evolución conforme pasen los partidos.

Pero se siente cómodo.
Yo siempre que estoy dentro del campo me siento bien.

En la selección, por si no había ya competencia en el ataque, ahora se rescata a Villa.
Siempre ha habido muchísima competencia. Es muy difícil estar en la selección. Hay que tener en cuenta cuántos futbolistas hay que lo están haciendo bien y que merecerían oportunidades. Sé lo que me costó entrar como para tirarlo ahora. Hay que seguir trabajando, intentar hacer goles y hacerlo bien en el equipo para seguir teniendo oportunidades.

¿Considera trascendental estar siempre en cada convocatoria?
Sí, claro. Es importantísimo. Porque si sales en alguna por algo será.

Una premisa, que usted me dirá si es cierta o no: a Iago le gusta más jugar de nueve, pero como Lopetegui lo convoca para la banda, ahora preferiría jugar más en banda.
A mí lo que me gusta es jugar. Soy un jugador de equipo, ya sea en la banda o de delantero. No es que yo diga que quiero jugar en un sitio u otro. Los míster, tanto Lopetegui como Unzué, nunca me han dicho nada. Me pone aquí o allí y me asignan un trabajo como a uno más. No le doy vueltas a este tema.

¿Pero no ve más hueco en la selección en banda que de nueve?
Hueco casi no hay en ningún lado. Como voy de delantero somos tres como en junio; cuando voy para jugar en banda, como en la última convocatoria, éramos seis para dos puestos. Sé la dificultad que tiene estar en la selección y sé de mis posibilidades. Hacerlo bien en el club, en los entrenamientos con la selección cuando me dan la oportunidad y seguir así.

A final de temporada asoma la posibilidad del Mundial. Acaba de cumplir 30 años. ¿Lo ve como el cúlmen de su carrera?
Sí, podría ser así. Aunque si no voy al Mundial, yo intentaré seguir yendo a la siguiente Eurocopa. Es un premio poder estar en la selección y a todo el mundo le gustaría estar. Llegar al Mundial sería un premio a haber trabajado duro durante todos estos años.

¿Está hecha la clasificación?
Está un poco encarrilada, pero aún nos quedan dos partidos difíciles.

¿Más allá de que existe un núcleo duro con los veteranos, se siente ya uno más en el vestuario de la selección?
Me siento parte como todos los compañeros. La última vez había pocos nuevos. Cuanto más tiempo pasa más confianza coges con los demás. Creo que hay un grandísimo vestuario, más allá de que a veces se hable de tensiones entre Barça y Madrid. Se ha demostrado durante todo este tiempo la buena convivencia que hay en ese vestuario.

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