Opinión

La complicada política lusa

He tratado de dejar pasar días después de las recientes elecciones “autárquicas” (municipales) en Portugal porque los resultados son para estudiar profundamente. Ha sido un triunfo de la política socialista de Antonio Costa, que ha salido muy fortalecido de la consulta. Un gobierno con apoyos muy dudosos en su comienzo, pero que ha ido resistiendo los embates continuos conviviendo con la izquierda radical. La realidad es que el déficit ha descendido con lenta mejoría económica, pero mejoría en suma. Los resultados electorales han reflejado esa victoria socialista sin paliativos a la vez que ha sido clamorosa la derrota del centro derecha (PSD) el partido fundado por el mítico Sá Carneiro. Sobran los dedos de la mano para contar las cámaras ganadas por esta formación que marcó la política portuguesa durante décadas.
Incluso el CDS-PP de Asunción Cristas, sucesora de Paulo Portas, ha obtenido grandes resultados comenzando por el ayuntamiento de Lisboa. Estaba feliz y era lógico. Allí donde permaneció coaligada con el PSD (su socio natural) como es el caso de Cascais la candidatura salió adelante conservando la C zapeando en la tele para ver los resultados de Cataluña y Portugalotundo fracaso de su formacento de Lisboa. Estaba feliz y eraámara Carlos Carreiras, pocos pudieron decir lo mismo. La misma noche electoral fue Carreiras el primero en reconocer el rotundo fracaso de su formación pese a su victoria personal.
Las últimas horas de aquel día 1 de octubre y con los españoles residentes en Portugal, que somos muchos, zapeando en la tele para ver los resultados de Cataluña y Portugal, había tertulias en ambas partes para entretenerse suficientemente. Las cadenas lusas congregaron a personajes de todo tipo. En una de ellas estaba uno de los pesos pesados del PSD que fue presidenta del partido y ministra, Manuela Ferreira Leite, quien se manifestó dura y contundente con los dirigentes de su partido hasta llegar a afirmar sin ambages que Pedro Pasos Coelho carecía de categoría de líder. Son muchos los que así opinan y, por fin, parece que renuncia a presentarse nuevamente al liderazgo de su partido dejando paso a otros.
Muy posiblemente la culpa que se echa a las espaldas de Passos Coelho tiene su fundamento. Le ha tocado una época difícil con la troika y los recortes siendo primer ministro. Eso es cierto que le creó mala fama, pero igualmente su estilo distante y siempre propicio a lo negativo, le ha ido creando un ambiente general en Portugal y lo ha pagado en estas elecciones.
Costa, que cuando comenzó nadie daba nada por su gestión, poco a poco ha ido capeando el temporal y cosechando cosas que su antecesor se niega a reconocerle. Cierto que las circunstancias también son distintas porque el carisma y el buen hacer del presidente, el profesor Rebelo de Sousa, ha tenido su parte muy positiva en la misión de serenar la crispación del país. 
Un dato a tener en cuenta es la Cámara de Oeiras y la de Oporto, ganadas por independientes que, curiosamente, tienen su origen en el PSD. Lo de Oeiras es para una tesis doctoral. Ha sido condenado por corrupto, ha estado en la cárcel después de haber sido ministro y alcalde largos años y ahora, una vez cumplida la condena, se presenta y vuelve a ganar “su” sillón municipal por mayoría. Lo de Oporto acaso vaya a tener consecuencias. Repite Ruí Moreira otrora candidato de Ruí Rio, su antecesor (PSD), que le apoyó en contra del candidato oficialista del partido. Creo que las consecuencias están próximas a la hora de elegir al sucesor de Passos Coelho al frente de la formación naranja. Se dice que concurrirán Ruí Rio y tal vez Santana Lopes. ¿Será el partido capaz de olvidar en Oporto aquella jugada de Ruí Río? Ya veremos quién sale.

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