Opinión

Como decía “La Codorniz”

Acabo de escuchar a la  vicepresidenta del Gobierno expresarse en una comparecencia de las mañanas de la 1 con la habilidad y la suficiencia de los que acaban de tomar constancia de sus posesiones. Al fin y al cabo, los estudios de la mañana de RTVE se abren para recibir a sus nuevos rectores, aquellos que van a cambiar la dirección del ente a  fuerza de decretazo, y Carmen Calvo es una de las figuras con mayor poder de decisión del nuevo equipo de modo que, pocas bromas. Calvo -que es una mujer de altura, con criterio, cuajo y  suficiente experiencia política  para  imponer respeto- ha elegido como otros muchos políticos  aquella vieja máxima que se hizo fuerte entre los pensamientos más característicos del histórico semanario humorístico “La Codorniz”, aquel que decía: “usted pregunte lo que quiera que yo le contestaré lo que me de la gana”, y eso es exactamente lo que ha hecho mostrando ante las cámaras, eso sí, una singular habilidad para transmitir la idea de que ha respondido a todo sin responder en realidad a nada. La vicepresidenta, como el resto del Gobierno del que forma parte, se ha puesto a la tarea de convencer a los españoles de las excelencias de un equipo ministerial abierto y con infinita capacidad de diálogo, utilizando para ello una vieja pero sumamente convincente táctica que consiste en practicar una política gestual. Pero esa noche, el embajador de España en Washington hubo de salir al paso del presidente de la Generalitat que aprovechó un acto al que acudía invitado en la capital de USA para insultar y denigrar a España y el presidente Sánchez no le ha defendido. Simplemente se ha borrado del mapa a la hora de juzgar el incidente. Su vicepresidenta ha estado igualmente tibia a la espera de esa cita de Sánchez con Torra en la Moncloa que no puede terminar en realidad mucho mejor de cómo terminaban los encuentros con Rajoy si Sánchez respeta el principio constitucional. A Calvo le preguntaron en este entrevista si el Gobierno pretendía penalizar la prostitución y Calvo respondió que estaban a punto de alumbrar una providencia para favorecer a los niños pobres en verano. Se trata de una loable iniciativa pero no tenía nada que ver con la pregunta formulada. Se le preguntó por la promesa de convocar elecciones y respondió otra cosa.  Así fue durante todo el programa. Por supuesto, Carmen Calvo demostró que es una mujer con recursos suficientes para gobernar y capear los peores temporales. Al fin y al cabo, es de lo que se trata.
 

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