Opinión

Comisiones: viva el teatro

Son como niños. La clase política española, en modo "triple alianza" (uno contra tres o tres contra uno, siendo el uno Podemos o PP, según vengan dadas) se lanza comisiones de investigación como pedradas de ida y vuelta. Estas cosas antes no ocurrían. Es una higiénica consecuencia de que la mayoría absoluta del partido de Rajoy haya pasado a mejor vida.
La pedrada se nombra "causa general" ¿Pretexto?, la financiación ilegal de los partidos. Sin límites de tiempo ni de comparecientes. La que el PP se agencia en el Senado, donde tiene mayoría absoluta, contra los otros tres de la España de las cuatro esquinas. Y la que los otros tres, con una mayoría absoluta sindicada del Congreso, han montado contra el PP.
Los sesudos analistas se rasgan las vestiduras porque este singular intercambio de golpes convierte en un barrizal el reproche por la financiación ilegal del PP, que es el origen de la controversia. Y se sorprenden de la agresividad que muestran los actores de una escenificación teóricamente llamada a saber más sobre el ventajismo del partido en el poder en los procesos electorales y, en consecuencia, sobre las consiguientes responsabilidades políticas por esas malas prácticas.
Pero esos mismos sesudos analistas constatan que lo que menos parece interesar a unos y otros es el despiece riguroso de los hechos y la depuración de responsabilidades políticas, como servicio a la ciudadanía y a los intereses generales del país. Pues, claro ¿A qué viene llamarse a engaño?
Veamos un ejemplo. La primera comparecencia prevista en la comisión creada en el Congreso será la de Luis Bárcenas, verdadera caja negra de la financiación ilegal del PP ¿Alguien puede decir que clase de proceso indagatorio puede abrirse en sede parlamentaria, que no esté ya abierto en sede judicial, sobre el ex gerente y ex tesorero del PP?
Nada que no hayamos sabido antes por los policías de la UDEF, guardias civiles de la UCO, inspectores de la Agencia Tributaria o fiscales anticorrupción? Por tanto, nos maliciamos que Bárcenas irá a la comisión a devolver favores o a vengarse de los dirigentes de su partido que más prisa tuvieron en liquidarle.
En consecuencia, si las comisiones no sirven para nada en el terreno de la investigación y el afloramiento de hechos o conductas desconocidas hasta ahora, da igual que se le pongan límites o no. Los efectos serán inevitablemente políticos y mediáticos, no esclarecedores de lo ocurrido. Nada más. Y nada menos.
Hagamos de la necesidad virtud y asumamos que al menos eso sirve para descubrir talentos, reforzar o debilitar liderazgos, tomarle la temperatura a los proyectos en liza y escenificar la exigencia de los representantes de la voluntad popular en materia de control al Poder Ejecutivo
¿Solo teatro? Pues, vale. Que viva el teatro.

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