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Cien aikidokas ejercen en Vigo el arte de neutralizar sin destruir

Las armas del aikido están hechas de madera como se muestra en la imagen.
photo_camera Las armas del aikido están hechas de madera como se muestra en la imagen.

Son técnicas aptas para todas las edades que también interesan a fuerzas de seguridad

nnn Unas cien personas practican aikido en distintas entidades de Vigo: es un arte marcial japonés basado en las técnicas de los antiguos samurais que trata de neutralizar al contrario preservando su vida y que se apoya en el sistema ‘kaizen’ de aprendizaje continuo.
 El aikido es un arte defensivo que escapa de la competición y del que se ofreció una exhibición en noviembre pasado dentro de la Semana Cultural Japonesa que organizó la Escuela Oficial de Idiomas de Vigo y la Embajada de Japón. Allí estuvieron los miembros de la asociación Artes Marciales Japonesas, que abrió en Balaídos hace un año, pero que está formada por monitores y alumnos que llevan tiempo con esta actividad, en concreto desde 1996. 
Uno de ellos es Javier Cid, que es representante oficial de Takemusu Aikido en España, es 5º Dan en aikido y 5º Dan en la disciplina relacionada con las armas del aikido, el grado más alto de España. 
Javier Cid ya formó a más de 50 cinturones negros en Vigo y entre ellos hay algunos que son policías y guardias civiles.
 “En este arte hay una  cosa fundamental: no requiere un físico extraordinario porque se basa en la fuerza del contrario. Hacemos lo que se llama una ‘fusión sincronizada’ con el oponente y usamos su fuerza para neutralizarlo, por eso es un aprendizaje que lleva más tiempo. La filosofía del aikido, muy utilizada por las policías de casi todo el mundo, es neutralizar con contundencia y firmeza pero siempre con la idea de preservar la vida. Son técnicas obligatorias para la Policía de Japón y en otros países se incorporan en muchas enseñanzas de defensa”. En el polo opuesto estarían esas imágenes de policías estadounidenses que sacan el arma y disparan.

destruir es fácil
 “Golpear y destruir es fácil, pero coger a una persona, neutralizarla, controlarla, llevarla al suelo intentar que no se mueva, dialogar con ella lleva más tiempo”, afirma.
En Vigo practican aikido desde  niños de entre 10 y 14 años hasta personas de 67 años. “Podrían hacerlo desde los tres años, pero cuando son muy pequeños les van más otras artes marciales como judo o karate donde hacen juegos específicos para ellos. Nosotros buscamos más lo tradicional y el aikido les ayuda as madurar porque aprenden a ser más respetuosos y disciplinados”. Explica que el aikido viene acompañado de una serie de valores que “se han perdido” y que se aprenden en el Dojo (lugar de entrenamiento), como la humildad, el respeto, la tolerancia y la disciplina. 
Los participantes siguen unas reglas como pedir permiso para entrar en el Dojo, saludan al compañero al entrar y se despiden al salir, se disculpan si tropiezan con otros, no compiten, nadie quiere ganar a nadie (“la competición es con el propio ego a medida que vas ascendiendo de nivel”). n
 

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