incendio en portugal

El centro del país continúa ardiendo en medio del impacto por la tragedia

El incendio en el centro de Portugal seguía activo a primera hora de la mañana // Alberte
photo_camera El incendio en el centro de Portugal seguía activo a primera hora de la mañana // Alberte

Más de 2.000 agentes de extinción luchan contra un incendio que deja ya 64 muertos y un paisaje desolador a su paso

 Más de 2.000 efectivos apoyados por medios aéreos de España, Francia e Italia, continúan luchando contra el incendio que arrasa el centro de Portugal desde el sábado, dejando a su paso al menos 64 muertos y un paisaje desolador en un país impactado ante la magnitud de la tragedia. El fuego, que arrancó el sábado por la tarde en el municipio de Pedrógão Grande, en el distrito de Leiria, se extendió a los de Castelo Branco y Coimbra, y mantiene cuatro frentes activos.


El número de víctimas mortales subió a 64 con la muerte, en la tarde de ayer, de un bombero que permanecía ingresado en estado muy gravey de  un hombre que fue encontrado muerto en una de las aldeas afectadas por las llamas.


Según el último balance oficial ofrecido por la ministra de Administración Interna, Constança Urbano, el incendio deja otros 62 heridos, varios de ellos de gravedad.
Los efectivos terrestres todavía no han conseguido acceder a algunas aldeas cercadas por el fuego y la baja visibilidad ha dificultado el trabajo de los medios aéreos, especialmente en las primeras horas del día, en una zona en la que las temperaturas rondan los 38 grados, con viento de moderado a fuerte. "Es necesario llegar a todo el territorio para ver si hay más víctimas en las pequeñas aldeas", repartidas por la Sierra de Lousã y la cuenca del río Zezere, dijo Rui Rocha, alcalde de la localidad de Ansião, una de las afectadas por las llamas.
La versión que manejan las autoridades lusas apunta a que el fuego se inició por el impacto de un rayo en un árbol seco en la tarde del sábado, con temperaturas de 40 grados y fuertes vientos que ayudaron a propagar las llamas.


Muchos siguen sin entender cómo el fuego pudo expandirse con tanta rapidez, cercando aldeas enteras y una carretera que une los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, donde treinta personas murieron atrapadas dentro de sus vehículos.

Muestras de solidaridad


Entretanto, se han multiplicado las muestras de solidaridad por todo el país, con ciudadanos que han abierto las puertas de su casa para acoger a las decenas de personas desalojadas o que han perdido a algún familiar.
Además, las víctimas están recibiendo apoyo psicológico por parte de una treintena de técnicos repartidos por las zonas afectadas.
Los portugueses también se han lanzado a proporcionar ayuda a las víctimas a través de cuentas bancarias solidarias o de donaciones, hasta tal punto que menos de 48 horas después de que se iniciase el incendio, las autoridades tuvieron que pedir que dejen de enviar alimentos a la zona porque hay "exceso de alimentación".
La ayuda proviene también de fuera de las fronteras portuguesas, desde donde han llegado apoyos para combatir las llamas.
El primer país en reaccionar fue España, desde donde el domingo a primera hora llegaron dos aviones Canadair, a los que posteriormente se han sumado otras dos aeronaves del mismo modelo, dos anfibios Air Tractor, cien militares de la Unidad Militar de Emergencias con diecinueve vehículos y 25 bomberos del Equipo de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid.
A través del mecanismo de protección de la Unión Europea (UE), Francia e Italia también han enviado medios aéreos a la zona. Bruselas ejerce un papel de coordinador de las ofertas solidarias de los Estados miembros y, además, cofinancia el transporte de material de socorro y expertos enviados a la zona afectada. El sistema de satélite europeo Copernicus también se está empleando en esta crisis para ayudar a evaluar los daños con mapas de la situación.n

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