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Cáscaras de castañas para eliminar la contaminación

Marta Cobas logró tratar la cáscara de castaña para obtener un material económico que retiene la contaminación.
photo_camera Marta Cobas logró tratar la cáscara de castaña para obtener un material económico que retiene la contaminación.

La investigadora viguesa Marta Cobas trabajó en su tesis en abaratar los materiales adsorbentes, aquellos que retienen en su superficie un material líquido o gaseoso

nnn La ciencia ofrece muchas soluciones para los problemas que se presentan a diario, pero en muchas ocasiones el coste de aplicar algunas de estas medidas puede ser muy elevado o inalcanzable para el fin que se persigue.
Es el caso del problema que supone, por ejemplo, eliminar la contaminación. Ante un vertido en el agua, como el del tristemente petrolero "Prestige", hay que invertir mucho tiempo y recursos económicos para, primero, eliminar el agente contaminante, y después regenerar la zona afectada.
Los procesos químicos que se siguen en estas ocasiones se denominan adsorción y biorremediación. Los adsorbentes son un grupo de agentes químicos que tienen la capacidad de retener sobre su superficie el líquido o gas contaminante, aislándolo de la superficie acuosa -a diferencia de los absorventes, que los "incorporan" en su interior. Los segundos son microorganismos que tienen la capacidad de sobrevivir en un medio contaminado y transformarlo nuevamente en un espacio que albergue todo tipo de vida.
Este elevado coste es el motivo que inspiró la tesis de doctorado de Marta Cobas, realizada en el Grupo de Bioenxeñaría y Procesos Sostibles. Su estudio se centró en desarrollar procesos basados en técnicas de adsorción y biorremediación, procesos caracterizados "por su elevada efectividad y aplicabilidad, encuadrándose dentro de una estrategia europea de desarrollo sostenible".
En el caso de las técnicas de adsorción, la investigadora apostó por analizar las potencialidades de materiales de bajo coste como residuos naturales o industriales. Analizó arcillas, biomasa y algas. El punto óptimo lo obtuvo con un residuo agroindustrial, la cáscara de castaña, obtenida de la empresa Cuevas, que genera en su proceso de fabricación de Marrón Glacé grandes cantidades de cáscaras.
Eligió varios contaminantes, como tintes, hidrocarburos o plaguicidas, y dio un tratamiento previo a los materiales adsorbentes. Tras el análisis de capacidad de adsorción de la arcilla, el alga y la cáscara de castaña, esta última resultó ser la que tenía las mejores propiedades y la aplicó a un sistema físico-químico para la eliminación de metales pesados y plaguicidas.
Una vez eliminado el contaminante, hay que devolver la vida a la zona. Para ello usó hongos que pueden emplear los contaminantes orgánicos como fuente de carbono. Empleó "Trichoderma longibrachiatum" y "Phlebia radiata" por sus altas capacidades. Los resultados, prometedores.n

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