Opinión

Bárbara Rey, el CESID y Juan Carlos I

La revelación por parte de un medio digital sobre el pago que los servicios de seguridad del Estado habrían abonado a María García García, conocida como Bárbara Rey, para que silenciara su relación y las pruebas que conservara de la que mantuvo durante 17 años con el rey emérito Juan Carlos I, ha provocado la esperada conmoción en diversos medios y redes sociales. 
Lo cierto es que Bárbara Rey presentó una denuncia en la comisaría del barrio de Tetuán, en Madrid, contra quien ejercía de jefe bis de la Casa Real y amigo íntimo de Juan Carlos, Manuel Prado y Colón de Carvajal, a quien acusaba de ser el responsable del asalto llevado a cabo en su casa para apropiarse de diverso material audiovisual y fotográfico, que probaba la referida relación. El asalto lo habrían realizado agentes de los servicios de inteligencia e investigación del Estado, ante el riesgo que suponía el contenido de las cintas.
De Manuel Prado y Colón de Carvajal fue administrador privado del Rey durante más de 20 años. Este personaje ingresó el 26 de abril de 2004 en la cárcel de Sevilla para cumplir una condena de dos años por el 'caso Wardbase'.  Por razones humanitarias se le concedió el segundo grado penitenciario dos meses después. Ya había sido condenado antes por delitos comunes: Como responsable de Grand Tibidabo, en febrero de 2008  por apropiación indebida a tres meses de prisión por la Audiencia Nacional en el caso de la descapitalización de la compañía catalana. El Tribunal Supremo ya le había condenado a un año de prisión por apropiación indebida en septiembre de 2007 por un desvío de dinero del Grupo Torras.
El viernes, 27 de junio de 1997, el diario “El Mundo” daba cuenta de que semanas atrás, la conocida estrella había presentado una denuncia en la comisaría del distrito madrileño de Tetuán en la que acusaba al empresario y embajador de España Manuel Prado y Colón de Carvajal de robarle casetes, cintas de vídeo y fotografías comprometedoras. Este material, dijo entonces, además de afectar a su intimidad perjudica a “una persona importante de la cual no desea en estos momentos decir su identidad”. De las propias manifestaciones de la interfecta a sus amistades se conoció que la actriz llevaba 17 años de relación con el misterioso personaje y que éste la visitaba con frecuencia. Por último, tras la decisión del no nombrado frecuentador, se acusó a la artista de haber solicitado 12.500 millones de pesetas por guardar silencio.
Dada la vinculación de Prado y Colón de Carvajal a la Casa Real, la opinión pública nacional no tardó en extraer sus propias conclusiones. Fuentes gubernamentales, citadas por el diario madrileño, consideraron entonces que la denuncia se inscribía en una operación de chantaje para obtener dinero u otros beneficios. Meses después, la actriz murciana presentaba un programa de la televisión pública en hora punta. En realidad, la alerta la desencadenó, nada menos, que la cadena de la Conferencia Episcopal. Antonio Herrero, en la COPE.  Pero la propia demandante apareció en varias cadenas de televisión asegurando que estaba amenazada de muerte y explicando con todo detalle los motivos de su denuncia.
“El Mundo” reprodujo las propias manifestaciones de la artista, quien confirmó los términos de la denuncia que presentó en la comisaría de Tetuán el 13 de junio, y reconoció que en ésta señalaba a Manuel Prado y Colón de Carvajal como uno de los posibles autores del robo de material gráfico en su casa. En este material, según la actriz, estaban implicadas altas personalidades del país. Pero estas “personas importantes” que aparecen en las cintas de vídeo, casetes y fotografías que le han sido robadas de su domicilio sabían en todo momento que eran fotografiadas o filmadas.
“Yo he dado amor a quien lo necesitaba”
Pero cuando le preguntaron quién era personalidad de la rocambolesca historia, respondió: “Nunca he revelado un nombre ni lo haré. Si alguna vez tengo que contar cosas escribiré un libro en el mundo entero”.Y mientras el entonces secretario de Estado para la Comunicación, Miguel Angel Rodríguez, dijo que al Gobierno no le interesaba la polémica.Pero la perla de la historia fueron unas declaraciones, previamente grabadas, emitidas en el programa de María Teresa Campos en Tele5. Bárbara Rey dijo literalmente: «Yo sólo he dado cariño a quien lo necesitaba», y, mirando fijamente a la cámara, advirtió: “A mí me matarán. Espero que no se atrevan con mis hijos, porque entonces Dios me dará una segunda vida para cargarme a quien haga falta. Yo llego hasta el final y la gente sabrá quién me ha matado”. 
Y sobre esta historia, otra persona que aportó nuevos datos es la periodista Pilar Urbano, quien en su libro “Yo entré en el CESID” (Plaza y Janés, Barcelona, 1997), identifica incluso al experto que pudiera haber ayudado a Bárbara Rey a instalar los dispositivos de grabación. 
Poco después de salir todo esto, tanto Canal Now como Televisión Española concedieron un programa propio a Bárbara Rey. Del asunto volvió a hablarse largamente en el espacio “Hormigas Blancas” de Tele5 el 16 de agosto de 2007. En dicho programa se recordó que la protagonista de esta historia había solicitado 12.500 millones por su silencio, tras la ruptura de una relación que –según se dijo en dicho programa- había durado 17 años. 
 

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