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Araújo, el hombre que cambió el curso de la Liga

Paco Araújo, respetado por los dirigentes de los clubes rivales, por la FEB y por las jugadoras por la forma de trabajar, procuraba huir de la primera línea de atención mediática. Su química con José Manuel Gómez Carballo fue brutal. En 2006 llegaría Carlos Colinas a la dirección deportiva para apuntalar su legado: la base.
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Gómez Carballo tardó siete años en convencerlo para que entrase en el baloncesto; cuando lo hizo, sumaron tres títulos nacionales en fila

Gómez Carballo, presidente del Bosco masculino de 1988 a 1991 y de su versión femenina de 1996 a 2001, siempre lo supo: fichar a Paco Araújo era sinónimo de éxito. Y a Carballo, fallecido en trágico accidente de tráfico en 2001, le gustaba ganar. La historia del baloncesto femenino vigués, no tan antigua como la del masculino pero sí más exitosa en términos de acceso a máxima categoría, consecución de títulos y disputa de competiciones europeas, ha dado un ramillete de prohombres que se han encargado de situar a Vigo como referencia nacional desde 1965, cuando el Estudiantes alcanzó el ascenso a la Primera División.
Quienes conocieron a Jaime Gómez, fallecido en 1978, dicen que fue uno de esos directivos capaces de cambiar el curso de la historia, lo que demostró con 'Cholas' Rodríguez en el banquillo al ganar la Liga 76/77, la primera que conquistaba el Celta, sin perder un solo encuentro y acabando con el dominio de catalanas y madrileñas.
A Paco Araújo, al que se recordará este sábado en el pabellón de Navia (20:00 horas, Celta Zorka-Perfumerías Avenida), le ha ocurrido lo mismo. Carballo lo quiso fichar para el Bosco masculino y solo consiguió una gestión de patrocinio (un millón de pesetas de Gaypasa)... y el no a ser directivo. Luego coincidieron en el Celta de fútbol (1991). Hasta que en 1995 Carballo lo fichó para el C.B. Vigo. Un año después, ambos  refundaban el C.D. Bosco.
Aquella fue la mejor operación de Gómez Carballo. La forma de concebir el deporte que le presentó Araújo resultó una fórmula de éxito. Y la química entre ambos, total. Paco no acaparaba focos, porque esa función era para el presidente, José Manuel Gómez Carballo, pero sí se mostraba como la pieza fundamental para llevar al primer equipo femenino de la ciudad al título. Sus roles se complementaban.
Araújo, quince años de presidente a la muerte de Carballo, nunca pudo levantar un título nacional en ese periodo, quizás su única mácula. Sí saboreó el torneo doméstico, la Copa Galicia, ganada en ocho oportunidades (2001 a 2003, 2005, 2007 a 2009 y 2011). Las ligas de 1999 y 2000 y la Copa de 2001 las vivió como vicepresidente. Como poco, un asa es suya.
Mientras con Gómez Carballo formó un tándem demoledor que elevó el nivel de la competición con excelentes duelos ante el Perfumerías Avenida salmantino, el Ensino lucense y el Sandra Gran Canaria, tras la pérdida de su amigo ("Josiño", cuando se ponían a hablar de presupuestos y fichajes) tuvo que acostumbrarse a rebajar pretensiones. Los tiempos de los 20 millones de pesetas que abonaba la Caixa Geral de Depósitos (Banco Simeón) volaban, la crisis empezaba a acechar.
El mayor mérito de Paco Araújo, difícil de encontrar en la clase directiva, fue saber mantener una economía real… y dejar un legado en forma de apuesta por las categorías base que ha permitido a Vigo lucirse en las selecciones españolas de formación, con un constante flujo de jugadoras como ocurría en los años 70. Araújo tradujo los años de bonanza económica en títulos (Gómez Carballo y él apostaron por un ramillete de jugadoras de gran clase) y tras llevar al Celta a la gloria y recuperar el prestigio de antaño, decidió invertir en la cantera. Carlos Colinas llegaba en mayo de 2006 al club como director deportivo. Y aquí sigue. 

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